La colección Rupf, por primera vez en España

El Museo Guggenheim exhibe setenta de sus obras

Bilbao,
Hermann Rupf, ante la obra de Léger Hojas verdes (Les feuilles vertes), 1927 Fotografía: © Kurt Blum / Fotostiftung Schweiz
Hermann Rupf, ante la obra de Léger Hojas verdes (Les feuilles vertes), 1927 Fotografía: © Kurt Blum / Fotostiftung Schweiz

Continúa creciendo, pero en sus inicios la colección Rupf se nutrió de obras de figuras como Braque, Picasso o Derain muy poco después de que fueran creadas, al mantener Hermann y Margrit Rupf trato personal con grandes artistas y una estrecha amistad con otros, como Klee o Kandinsky, que se acordaban (qué envidia) de ellos con motivo de cumpleaños y navidades.

Por primera vez, parte de la colección Rupf, actualmente custodiada y ampliada por la Fundación del mismo nombre, puede verse en España, en el Museo Guggenheim. Hoy se ha abierto al público una exposición que exhibe setenta piezas de sus fondos representativas del arte del s XX (se fechan entre 1907 y la actualidad) y adquiridas antes y después del fallecimiento de los mecenas en los primeros sesenta, primero por el matrimonio y después por la citada Fundación: trabajos de Picasso, Braque, Gris, Léger, Klee, Kandinsky, Hans Arp, Donald Judd, Kosuth, Brice Marden, Ad Reinhardt, James Turrell, Manzoni o Fontana.

Si en los inicios de la colección se optó por dar primacía a obras conceptuales y constructivistas, con el paso del tiempo ganaron peso el minimalismo y el grupo Zero.

Para comprender la importancia de esta colección hay que tener en cuenta que Hermann Rupf adquirió sus primeras obras en los años iniciales del cubismo en la galería de Kahnweiler (incluidos, más tarde, los tres retratos que Picasso realizó del marchante en 1957). En realidad, las personalidades y carreras de Rupf y Kahnweiler tienen bastantes puntos en común: ambos estudiaron en el Commerz-und Disconto-Bank de Frankfurt, hicieron carrera en empresas y mantuvieron un interés constante por la literatura, el teatro y la música; también, desde luego, por el arte: sabemos que los dos fueron visitantes asiduos del Louvre y admiradores tanto del arte clásico como del que les era contemporáneo. Cerca de ochocientas cartas dan fe de su estrecha relación, además de las compras: junto a Picassos, Rupf se hizo, a través de Kahnweiler, con obras de Gris, Léger, André Masson, Derain, Braque o Friesz.

Pablo Picasso. Retrato de D.-H. Kahnweiler II (Portrait de D.-H. Kahnweiler II), 1957. Hermann und Margrit Rupf-Stiftung, Kunstmuseum Bern © Sucesión Pablo Picasso, VEGAP, Madrid, 2016
Pablo Picasso. Retrato de D.-H. Kahnweiler II (Portrait de D.-H. Kahnweiler II), 1957. Hermann und Margrit Rupf-Stiftung, Kunstmuseum Bern © Sucesión Pablo Picasso, VEGAP, Madrid, 2016

Antes de que estallara la I Guerra Mundial, sus fondos constaban ya de una treintena de piezas, en su mayoría cubistas, que se ampliaron en los veinte con otras obras de autores de aquel movimiento y de Klee o Moillet que se integraban a esta colección muy poco después de haber sido terminadas.

Otra amistad decisiva la mantuvo Rupf con el propio Klee, sobre todo tras su establecimiento en Berna una vez cerrada la Bauhaus de Dessau. Frente a la involución que implicaba la consideración de su arte como degenerado, Hermann Rupf, desde su faceta como crítico, clamó contra el conservadurismo cultural y pidió un intento de mayor comprensión hacia la creación contemporánea.

Klee fue además el enlace de los Rupf con Kandinsky: el suizo le ayudó económicamente, aunque solo comprara una de sus obras.

Al visitar esta muestra (podemos hacerlo hasta el 23 de abril de 2017), no olvidéis acercaros a su espacio didáctico, dedicado al estilo de vida y a la abierta personalidad del matrimonio Rupf. Fueron los primeros coleccionistas privados suizos que prestaron una atención prioritaria al arte abstracto. En los cincuenta cedieron 250 trabajos de sus fondos y numerosos libros de arte al Kunstmuseum Bern y también entonces crearon la Fundación que lleva su apellido. Las obras que esta adquirió hasta el fallecimiento de ambos en los sesenta quedaron depositadas en el mismo centro suizo.

Vasily Kandinsky. Horizontal dividida (Horizontale divisée), 1935. Hermann und Margrit Rupf-Stiftung, Kunstmuseum Bern © Vasily Kandinsky, VEGAP, Bilbao, 2016
Vasily Kandinsky. Horizontal dividida (Horizontale divisée), 1935. Hermann und Margrit Rupf-Stiftung, Kunstmuseum Bern © Vasily Kandinsky, VEGAP, Bilbao, 2016

 

Paul Klee. Luna llena en el jardín (Vollmond im Garten), 1934. Hermann und Margrit Rupf-Stiftung, Kunstmuseum Bern © Paul Klee’s Estate/VEGAP, 2016
Paul Klee. Luna llena en el jardín (Vollmond im Garten), 1934. Hermann und Margrit Rupf-Stiftung, Kunstmuseum Bern © Paul Klee’s Estate/VEGAP, 2016

 

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