Dieciséis ediciones cumple este año Inéditos, la convocatoria de La Casa Encendida que pretende dar a jóvenes comisarios (menores de 35 años porque había que poner una cifra) la oportunidad de presentar su primera o segunda exposición, generando las condiciones óptimas para que trabajen con los medios necesarios. Son seleccionados por un jurado independiente, con el fin de que los proyectos mostrados año tras año no lleven el sello de La Casa, sean variados e impliquen una apuesta por lo innovador y el riesgo frente a lo ya legitimado, según ha explicado hoy José Guirao, director de la Fundación Montemadrid.
Cada año concurren a esta convocatoria, aproximadamente, entre setenta y noventa comisarios cuyo nivel formativo, según el propio Guirao, crece en calidad año tras año. Esta vez, un jurado formado por Tanya Barson, conservadora jefe del MACBA; la comisaria y crítica de arte Beatriz Herráez y Pedro Gandanho, director del MAAT lisboeta, ha elegido a tres mujeres: Bárbara Cueto, Maite Borjabad López-Pastor y Beatriz Ortega Botas y sus propuestas, todas colectivas y con obras de distintos formatos y técnicas, se exhiben en las salas A, B y C hasta septiembre.
Cueto, ovetense como Ortega Botas, detectó, y seguro que no es la única, que hoy el cansado es respuesta recurrente a la pregunta de cómo estás, sea verdad o no, porque el agotamiento se ha convertido hoy en signo de prestigio y status: teóricamente, solo teóricamente, nos cansamos porque un buen trabajo nos extenúa. Y ha cuestionado esa espiral de progreso continuo y constante búsqueda de la productividad basada en la acción sin horarios subrayando el lado absurdo e infructífero del no parar y reivindicando el no hacer, en principio un gesto mínimo, como decisión política con implicaciones que pueden ser revolucionarias.
Su muestra se titula “I Would Prefer Not To”, aborda el poder y la amenaza que puede implicar el no hacer y consta de cuatro piezas: un vídeo de Pilvi Takala sobre una becaria en Deloitte que decide no trabajar durante mes y medio y es objeto de las iras del resto; una instalación de Pepo Salazar en la que un teléfono suena constantemente en un entorno empresarial bajo un lema repetitivo, presión positiva; un vídeo de Liz Magic Laser que reivindica la modernidad del discurso de Dostoievski en Memorias del subsuelo, en relación con su crítica al racionalismo y la industrialización, y una serie de dibujos de Mercedes Azpilicueta, completados con una performance, dedicados a la conexión de la obsesión por el deporte y la competitividad con la guerra y, sobre todo, con el absurdo hilarante.
Maite Borjabad López-Pastor, por su parte, lleva a La Casa Encendida “Scenographies of Power: From the State of Exception to the Spaces of Exception”, una reflexión sobre las distintas tipologías de espacios que materializan los estados de excepción, como embajadas, aeropuertos o el mismo Internet, no espacio por excelencia. Para la comisaria madrileña, estos lugares prueban que el estado de excepción forma parte consolidada de nuestro sistema político y que, aunque lo asociemos normalmente a etapas y escenarios bélicos, los limbos legales no nos son lejanos. Además, Maite entiende esos espacios, y los materiales que forman parte de ellos, como ejecutores y cómplices de esos estados de excepción y repiensa lo que implica, dónde empieza y acaba, esa legalidad suspendida.
Entre las obras que Maite ha llevado a la Sala B (de Gulnara Kasmalieva, Muratben Djumaliev, Taryn Simon, Arkadi Zaides, Susan Schuppli…) destacan dos: Delivery for Mr. Assange, de Mediengrupe Bitnik, sobre las paradojas de los protocolos de seguridad que su situación ha generado en los aeropuertos, y Autonomy Cube de Trevor Plagen, sobre los espacios virtuales de excepción que desafían los mecanismos de control y monitorización de la Red.
Por último, Beatriz Ortega exhibe en la Sala C “Grasping a Concept is Mastering the Use of a Form”, cuya presentación difiere de las dos anteriores porque el videoarte y los nuevos medios dan paso a la escultura y los trabajos en tela y papel. Las formas de las piezas, en unos u otros formatos, presentes en esta exposición no importan por lo que significan (muchas parecen apuntar a un concepto concreto, pero finalmente no llegan a abarcarlo, se acaban dirigiendo a otros caminos), sino por cómo se relacionan entre sí.
De este modo, las obras en diálogo entre ellas, no conducen nuestro entendimiento hacia lo esperado, hacia la comprensión de lo representado, pero sí generan desplazamientos de nuestro pensamiento. Para Ortega, la experiencia estética aglutina pensamiento y naturaleza, razón e instinto, y ni lo sensible puede desbordar su ámbito para ser forma de creatividad absoluta ni solo puede prevalecer la razón.
De su proyecto forman parte esculturas de Erik Niedling y Bettina Samson que se relacionan por la flexibilidad de sus formas, de ecos corporales; un volumen cilíndrico de Fernández-Pello que parece encontrarse en proceso antes de alcanzar su estado final, dibujos en tinta sobre variaciones de formas de Ferreri, y piezas pictóricas, en tela o papel, de Esther Gatón, Bueno-Boutellier, Zoë Paul, Carl Mannov y sus osamentas y Vallejo y sus sinuosidades.
La próxima edición de Inéditos se convocará probablemente en otoño y, como siempre, os tendremos informados.
“Inéditos 2017”
Ronda de Valencia, 2
28012 Madrid
Del 16 de junio al 10 de septiembre de 2017
