Nahid, una heroína

12/02/2016

NahidEste viernes llega a cines, después de pasar por Cannes y Valladolid, Nahid, de la directora iraní Ida Panahandeh, otra buena obra gestada en la adversidad: de ese país no llega últimamente película mala, y son buenos ejemplos Nader y Simin, una separación, de Asghar Farhadi, o la más reciente Taxi Teherán, de Jafar Panahi. De Kiarostami hace algunos años que no tenemos noticias.

El gran asunto abordado en Nahid es la situación de la mujer en el momento actual de la sociedad iraní, en el campo laboral, en el familiar y fundamentalmente en el sentimental. Nahid se ha divorciado de un marido pendenciero con el que contrajo matrimonio cuando era muy joven, tiene la custodia (a condición de no volver a casarse) de su hijo de once años, que ya ha iniciado el camino conflictivo de su padre, y tiene serias dificultades para hacer frente al alquiler de su casa y a sus gastos diarios.

Se enamora de Masoud, también viudo y con una hija, un hombre generoso y honesto –aunque chirría su insistencia en que abandone su trabajo como mecanógrafa – con quien decide contraer, tras muchas cavilaciones, matrimonio temporal: una fórmula de unión que se renueva cada mes y que le permitiría, o eso cree, mantener la custodia de su hijo. No es así, y su primer marido, celoso, decide quedarse con el niño hasta que ella abandone a Masoud. Su familia la presiona en esa misma dirección. No os revelaremos el desenlace, pero sí que, dentro de lo terrible de la situación, es esperanzador.

Las enormes dificultades de las mujeres iraníes para mantener la independencia económica y la sentimental, los matrimonios prácticamente impuestos, la sinceridad como pilar de la  relación de pareja, los vaivenes en la custodia de los hijos en función del estado civil de la madre, las familias apegadas a tradiciones machistas, la pobreza y la escasa formación que se retroalimentan…son algunos de los asuntos clave que Nahid pone la mesa.

Aunque el interés de la película se debe fundamentalmente a su reflejo de una dolorosa realidad social, el ritmo narrativo mantiene nuestro interés en todo momento y el buen trabajo de los actores, sobre todo de Sareh Bayat (Nahid), el personaje más complejo, y también el de carácter más moderno, hacen de esta una película valiosa también en lo puramente fílmico.

Nahid

 

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