El último viaje de Tutankamón, en Cine Yelmo

02/11/2022

En este final de año se cumplirá un siglo de aquellas fotografías que nos siguen fascinando: un Howard Carter en mangas de camisa observando concentrado, junto a su ayudante Callender y un trabajador egipcio, la entrada a la tumba de Tutankamón, la KV 62 del Valle de los Reyes, donde se encontró, además de un rico ajuar funerario, la fabulosa máscara de oro con la que hoy identificamos a este faraón, de vida tan breve en años (no alcanzó la veintena) como larga en atención.

El hallazgo fue posible gracias al tesón de Carter, que no era un arqueólogo profesional pero sí experimentado, y a la generosidad de Lord Carnavon, que durante una década financió su labor pese a que, en el mismo año 1922, estuvo a punto de abandonar a causa de los estragos económicos derivados de la I Guerra Mundial y a la escasez de descubrimientos relevantes en el lustro anterior. Carter le explicó que quedaba una zona por explorar, su trabajo allí se inició el uno de noviembre y solo cuatro días después apareció el primer escalón que daba paso a la tumba.

A ese peldaño le siguieron catorce antes de que Carter y su equipo alcanzaran el acceso tapiado al enclave, con los sellos intactos; ya el día 26, tras esperar unos días la llegada de Carnavon y su familia, se vació el corredor, se superó otra puerta bloqueada y los investigadores pudieron adentrarse en la antecámara. El ansia del mecenas por alcanzar resultados era mucha y murió después de saber que lo que allí había era, en palabras de Carter, maravilloso: acabó con su vida una desdichada infección causada por una picadura de mosquito en la que se hirió al afeitarse (de ahí deriva una leyenda de malas suertes ligada a Tutankamón igualmente triste y casual).

Hay que resaltar que la tumba KV 62 es bastante pequeña en comparación con la de otros faraones, pero en ella se guardaron más de cinco mil objetos muy diversos, de vasos canopos a juguetes, pasando por cajas con ofrendas, lámparas, estatuas o sillas plegables, y eso a pesar de que el lugar había sido objeto de robos en dos ocasiones.

Tutankamón: el último viaje. Cines Yelmo

Tutankamón, que murió solo diez años después de convertirse en soberano siendo infante, fue el último eslabón del periodo amárnico, que se inició cuando Amenhotep IV se mudó, junto a su esposa Nefertiti, de Tebas a Amarna, una ciudad de nueva construcción. Cambió su nombre por el de Akenatón y abandonó el culto al dios Amón para venerar a Atón, divinidad ya no oculta sino identificada con el disco solar (parece, no obstante, que solo en torno a la corte se adoptaron estas nuevas creencias). Según análisis de ADN, Tutankamón era hijo suyo, de Akenatón, pero no lo sucedería inmediatamente sino tras el reinado breve de su medio hermana Meritatón, con la que el propio Akenatón contrajo matrimonio a la muerte de Nefertiti: ella abandonó Amarna y regresó al culto tradicional.

Cuando, a su fallecimiento, tomó el trono Tutankamón, este solo tenía ocho o nueve años, así que es de suponer que los poderes fácticos tuvieron mucho que decir. Hasta su fin temprano, como dijimos una década después, no tuvo descendencia (junto a sus restos aparecieron los de dos hijas nonatas) y la causa concreta del deceso no se ha averiguado, pero sí se ha descartado que recibiera aquel célebre golpe en la cabeza; es más probable que acumulara trastornos derivados de la costumbre del incesto.

En cualquier caso, el descubrimiento de Carter sentaría las bases de cómo habrían de ser en adelante las excavaciones arqueológicas, en cuanto a registro, conservación y publicación de los resultados (en un triple volumen, aquella vez). La fiebre por Tutankamón se desató, ya entonces, y el británico impartiría conferencias por todo el mundo; dos de ellas en Madrid, en 1924 y 1928, en parte gracias a su amistad con el entonces Duque de Alba.

Sobra decir que nuestro interés por aquel joven tan poderoso como infortunado no ha terminado: a las recientes muestras dedicadas al Antiguo Egipto que hemos podido visitar en el Palacio de las Alhajas y en CaixaForum Madrid, se suma desde mañana, y hasta el 10 de noviembre, la presentación del filme Tutankamón: el último viaje en Cine Yelmo, en el marco de +Que Cine, su ventana de contenidos alternativos: ópera, teatro, ballet, arte, musicales, conciertos, documentales, anime, películas emblemáticas…

Este documental, producido por Laboratorio Ross y Nexo Digital y narrado por otro faraón de lo suyo, Iggy Pop, profundiza en su figura y también en los pormenores del traslado de cerca de 150 de los tesoros hallados en su tumba, hoy pertenecientes al Museo de El Cairo, con motivo de una gran exhibición internacional que pudo visitarse en Los Ángeles, París o Londres.

Anotad las salas de Cine Yelmo donde podremos disfrutar de Tutankamón: el último viaje: serán las de Madrid (Ideal), Barcelona (Icaria), Alicante (Puerta de Alicante), Cádiz (Área Sur), Málaga (Vialia), Valencia (Mercado de Campanar) y Oviedo (Los Prados).

Podemos hacernos con las entradas aquí: https://yelmocines.es/

 

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