Cualquiera implica un viaje, pero algunas también los llevan dentro. Os proponemos cinco novelas que leer cuando escapamos.
HENRY JAMES. LOS PAPELES DE ASPERN
¡Como si alguna mujer necesitara disculpa por haber amado al poeta divino!
Se trata de una novela breve, o de un relato largo, que en cualquier caso se nos hace corto porque es una de nuestras historias preferidas de Henry James, que es mucho decir. La narración se desarrolla en el espacio híper romántico y decadente de un palacio veneciano en el que tres americanos, un editor, una listísima anciana y su sobrina, que tiene de ingenua lo que su tía de astuta, viven en tensión constante, en una guerra fría misteriosa, por hacerse con los llamados papeles de Jeffery Aspern, el seductor poeta del que la señora mayor fue amante.
No se trata de una novela de misterio como tal, pero sí hay tensión, mucha: el carácter interesado y contradictorio de los personajes nos dificulta llegar a empatizar del todo con alguno de ellos; no sabemos hasta dónde estarían dispuestos a llegar para quedarse con los papeles, cartas de amor que Aspern envió a la anciana.
James tiene el enorme talento –sus lectores lo sabéis- de jugar tanto con quien lee como con los propios personajes que él maneja, gentes a veces muy retorcidas que con sus pensamientos y acciones nos causan desazón.
VIRGINIA WOOLF. AL FARO
La primera línea sobre el lienzo la comprometía a innumerables peligros, a decisiones con frecuencia inapelables.
Seguro que a muchos de vosotros ya os ha iluminado el faro de Virginia Woolf, la historia intimista y probablemente autobiográfica de una familia que quiere viajar a un faro pese a una climatología adversa.
La escritora nos ofrece un abanico de caracteres familiares permitiéndonos contemplar a cada personaje, sobre todo al matrimonio Ramsay y a la pintora Lily Briscoe, desde los ojos de los demás y sin ninguna idealización.
Narrada como monólogo interior, Al faro implica brillantes juegos temporales y nos invita a contemplar en paralelo los vaivenes familiares con la realización de una pintura de Briscoe; se trata, en definitiva, de un retrato literario que rompe convenciones, llamando la atención sobre la imposibilidad de reflejar nuevas realidades empleando viejas normas.
SANDOR MÁRAI. LA HERMANA
Todo lo que sabemos sobre los motivos que impulsan a los seres humanos a relacionarse es puro lugar común.
Si habéis leído a Sándor Marai, sabéis que sus novelas son prácticamente tratados de psicología escritos con un lenguaje a la vez austero y elegante en el que, muy a menudo, personajes que están al borde de la muerte o en la cumbre de su madurez se dicen –o nos dicen- casi todo lo importante que en su vida anterior habían ocultado, porque (sus libros nos invitan a pensarlo así) lo fundamental rara vez se llega a expresar.
El protagonista de La hermana es un pianista que vive por y para la música y también por y para una mujer casada con quien mantiene una relación más platónica o intelectual que de cercanía física, y por eso más duradera e intensa. Una enfermedad vírica de la que se le oculta casi todo lo mantiene durante semanas en un hospital italiano, y la estancia allí, y sus diálogos con los médicos y las monjas enfermeras, lo cambian todo.
El viaje iniciático de Z., el músico, viene dado por la enfermedad pero comienza en un tren que se dirige a Florencia.
ANTONIO TABUCCHI. PARA ISABEL. UN MANDALA
Me han dicho que en el sueño que ambos atravesamos tal vez pudiera usted darme alguna indicación acerca de una persona a quien desgraciadamente usted no conoce.
Para Isabel. Un mandala fue la primera obra inédita póstuma de Antonio Tabucchi en salir a la luz y el autor la escribió en siete cuadernos escolares. No vamos a engañaros: es una historia estrambótica, que se desplaza en tiempos y espacios y se 
construyó, de manera evidente, más a partir de sensaciones, de fogonazos poéticos, que atendiendo al desarrollo de una trama lineal. Capítulo a capítulo, Tabucchi nos va aproximando al personaje, siempre huidizo, de Isabel, presente ya, como sabréis los lectores de este autor, en algunos otros de sus libros.
Quien también se hace esquivo en la novela y está presente en otras de Tabucchi es Tadeus, encargado de sacarla a ella del olvido. Para encontrarla, tiene que emprender un viaje entre dos mundos y recorrer los distintos círculos que forman un mandala, con la esperanza de acceder a su centro, donde ella le estaría esperando. Encuentra en el camino a quienes la conocieron y formaron parte de su vida: su niñera, sus compañeros en las protestas contra Salazar, un carcelero que la ayudó a evadirse de la prisión, un sacerdote, un poeta en sus últimos días y, por último, al célebre desaparecido Xavier presente en Nocturno hindú.
La obra es un réquiem lleno de poesía y de fuerza en el que Tabucchi vuelve a mostrarnos su concepción de la vida como laberinto plagado de misterios, como viaje con múltiples recovecos, compañeros con múltiples aristas. Parece una especie de delirio, pero es un texto muy lúcido a la hora de mostrarnos las fatigas e impotencias que provoca el paso del tiempo.
BARBARA TRAPIDO. EL HERMANO DEL FAMOSO JACK
-No niego que sea muy inteligente-decía-, pero la gente inteligente tiene un equilibrio mental muy delicado.
Una de las últimas sorpresas que nos ha presentado Libros del Asteroide es esta historia llena de humor, de amor y de decepciones que nos habla de los viajes de la joven Katherine; en sentido literal (Italia y las posibilidades que le ofrece Roma marcan para ella un antes y un después) y metafórico (la protagonista narra en primera persona su viaje a la madurez, acercándose y alejándose de la atractiva y contradictoria familia Goldman y entablando relaciones amorosas con sus hijos; uno narcisista, otro descarado).
Publicada en origen en 1982, esta historia, que fue la primera novela de Trapido, está dominada por el humor, por su estilo fresco y espontáneo y por su visión ligera y desdramatizada de la superación de la adolescencia.