Fiona Tan y el desoriente de Marco Polo

Presenta en el Guggenheim la videoinstalación que creó para la 53ª Bienal de Venecia

Bilbao,
Fiona Tan. Desoriente (Disorient), 2009. Solomon R. Guggenheim Museum, Nueva York
Fiona Tan. Desoriente (Disorient), 2009. Solomon R. Guggenheim Museum, Nueva York

Es relativamente frecuente que artistas nacidos en familias de orígenes diversos y con vidas en las que los traslados son cotidianos presten en su obra atención a asuntos relacionados con lo local y lo global, a la identidad en relación con la geografía, el desarraigo o la percepción que unas culturas tienen de otras.

Un caso evidente es el de Fiona Tan, que nació hace medio siglo en Sumatra, de padre chino y madre australiana, y reside en Holanda desde 1988. Ella misma afirma sentirse “una extranjera profesional” y ha centrado su producción (vídeos, fotografías, instalaciones y textos) en el análisis de la imagen que unas y otras sociedades tienen de sí mismas y de las demás y de cómo nos relacionamos con nuestra historia y nuestra geografía.

A partir del 22 de diciembre, el Museo Guggenheim de Bilbao nos muestra Desoriente, la videoinstalación que Tan creó en 2009 con motivo de su participación en la 53ª edición de la Bienal de Venecia, una ciudad nacida como tantas de la mezcla, en la que precisamente la artista filmó parte de esta pieza.

Desoriente hace referencia a la historia de esta ciudad italiana, enclave estratégico en el desarrollo comercial de su región entre los siglos XIII y XVI gracias a su relación con los territorios recientemente descubiertos de Asia. Inspirándose en lo contado por Marco Polo en el Libro de las maravillas del mundo, esta creadora evoca una imagen mítica del Gran Oriente, el Oriente suntuoso que hizo soñar a Europa durante siglos (en cierto modo, muchos tienen aún una idea de Asia heredada de aquellos relatos, traducidos y comentados aquí durante siglos al margen de su dudosa veracidad).

En esta videoinstalación, una susurrante voz masculina lee las narraciones de Marco Polo sobre aquellos pueblos a través de un altavoz situado entre dos pantallas dispuestas frente a frente: una, la más grande, nos muestra una colección de trofeos y recuerdos muy variados ubicados en un almacén solitario, una especie de gabinete de curiosidades a la oriental vigilado por un occidental pensativo que porta una túnica dorada y que está allí para custodiar animales exóticos disecados, estatuillas de oro, ricas telas, porcelana fina, especias, amuletos, lámparas reliquias, modernos adornos, monedas… Y, curiosamente, también una maqueta del Pabellón holandés de la Bienal de 2009 donde este trabajo se expuso por primera vez.

En la segunda pantalla veremos un montaje de imágenes, contemporáneas aunque no conozcamos su fecha, que describen las condiciones de vida y trabajo recientes en los lugares que supuestamente visitó Marco Polo, veneciano como sabéis. Estos fragmentos los grabó Fiona en Afganistán, Iraq y China, y el contraste con la opulencia de la otra pantalla es evidente: contemplaremos trabajadores en sus fábricas produciendo en masa, escenas de revueltas, miseria y explotación en lugares contaminados o en ruinas.

En el fondo, esta segunda pantalla supone la documentación de la cara B de la primera, de lo que hay detrás de la creación, recopilación, envío e instalación de los lujosos bienes orientales que tenemos en la cabeza. El título de la pieza hace referencia a las profundas diferencias entre estas dos narraciones, tan complementarias como opuestas, diferencias capaces de “desorientar” al espectador.

 

“Fiona Tan. Desoriente”

Museo Guggenheim Bilbao

Avenida Abandoibarra, 2 48009 Bilbao

Del 22 de diciembre de 2016 al 19 de marzo de 2017

 

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Una respuesta a “Fiona Tan y el desoriente de Marco Polo”

  1. Tornaclimas

    FIONA, TIENE INFLUENCIA DE 3 CULTURAS, CHINA, AUSTRALIA Y HOLANDA, SE ENFOCA EN EL LADO SOCIAL DE LAS PERSONAS, NIVELES POPULARES, EL DÍA A DÍA POR QUE LAS PERSONAS TRABAJAN PARA CONSEGUIR LO POCO QUE TIENEN

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