Fernando Romero y los paisajes interestelares

El artista muestra su obra reciente en el Museo de Teruel

Teruel,

Seguimos los pasos a Fernando Romero año y medio después de su paso por nuestros Fichados y lo encontramos en el Museo de Teruel, que hace ocho años le concedió una de sus becas de artes plásticas y con el que ha mantenido en este tiempo una relación constante que fructifica en “Paisajes especulativos”, el proyecto más amplio que el artista ha presentado en este centro, dedicado, como el conjunto de su obra, a la noción de territorio en toda su complejidad, incidiendo en quien lo mira y quien lo habita, en las relaciones entre personas y espacios.

En 2017 nos contaba Romero que le interesaba profundizar en el modo en que el entorno condiciona nuestra mirada del mismo y viceversa: afirma que hablando del paisaje también hablamos de las sociedades que lo habitan.

Fernando Romero. Retrovisor y paisaje I, 2018
Fernando Romero. Retrovisor y paisaje I, 2018

En su producción de los últimos años, encontramos fundamentalmente naturalezas estáticas, congeladas en instantes detenidos. En algunas de ellas venían apareciendo arquitecturas trazadas con precisión que incorporaban alusiones claras a construcciones contemporáneas de grandes como Mies van der Rohe o Le Corbusier; esos edificios le han servido precisamente para ahondar en los nexos entre los individuos y su entorno sin requerir la figura humana y otorgando protagonismo al vacío, escenario de esas intervenciones arquitectónicas “postizas” que se integran en él y lo transforman.

En ocasiones no aparecían arquitecturas o, si se mantenían, compartían espacio con lo natural: montañas, nubes, nieves y vientos que reforzaban una sensación general de soledad. En las escasas ocasiones en que incorpora Fernando la presencia humana, lo hace sin concederle protagonismo sobre el paisaje y desde el anonimato: da la espalda al espectador y el rostro a la naturaleza.

En la exposición que este creador turolense abre mañana en su ciudad, bajo el comisariado de Nerea Ubieto, vuelve a ahondar en el territorio desde esa perspectiva crítica y esta vez lo vincula al componente especulativo aportado por las nuevas tecnologías, que no son ya nuevas sino que han transformado nuestras formas de percibir y de acercarnos al paisaje. Siguiendo la estela de su anterior serie Paseo hasta la linde, toma cierta distancia respecto a sus pasados estudios sobre lo que tiene nuestro entorno de imagen mental, psicológica y subjetiva, y plantea en qué medida los sistemas informáticos han llegado a generar, de la nada, sus propios paisajes: sin límites conocidos ni control en su expansión, autónomos, en red y casi surreales.

Los procesos de trabajo de Romero han convergido, en sus frutos estéticos, con los propios de un software y encontramos en sus obras planos superpuestos, perspectivas múltiples, líneas y puntos de vista dinámicos y formas a medio camino entre lo estandarizado y mecánico y lo orgánico.

No apreciamos en estos nuevos territorios ni periferias de ciudades ni escenarios que nos remitan a lo conocido, sino más bien lugares maquinales y no humanos que podrían evocar, en todo caso, espacios interestelares, sin referencias geográficas ni temporales. No parecen obedecer a las leyes tradicionales de representación, objetivas, sino que parecen susceptibles al error derivado de los fallos informáticos, de las operaciones defectuosas.

Fernando Romero. Retrovisor y paisaje IV, 2018
Fernando Romero. Retrovisor y paisaje IV, 2018
Fernando Romero. Retrovisor y paisaje V, 2018
Fernando Romero. Retrovisor y paisaje V, 2018

 

 

Fernando Romero. “Paisajes especulativos”

MUSEO DE TERUEL

Plaza Fray Anselmo Polanco, 3

Teruel

Del 21 de marzo al 19 de mayo de 2019

 

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