El trabajo de Julian Opie (Londres, 1958) es uno de los más reconocibles del imaginario artístico de nuestros días, en parte porque es difícil esquivar la mirada cuando nos topamos con alguno de sus caminantes en exposiciones, ferias, plazas públicas, edificios de oficinas, hospitales o centros comerciales (sí, también allí podemos encontrarlos). Si nos gusta, disgusta, resulta frío o divertido no importa demasiado porque cualquier sensación que experimentemos es bienvenida y en todas ellas el arte de Opie está cumpliendo su función. En Valencia, la Fundación Bancaja acaba de abrir una exposición en la que se han reunido una treintena de obras realizadas por el artista a lo largo de los ultimos quince años, utilizando diversas técnicas y materiales como acrílicos, vinilos sobre aluminio, tinta o madera, animaciones y, por supuesto, videoinstalaciones en pantallas LCD y LED.
Su estilo minimalista y el esquematismo al que reduce los retratos y la figura humana, la gran protagonista junto a la línea y el color, han sido la tónica general de Opie desde 2002 cuando en su trabajo se volvió decisivo el uso del ordenador. Pese a su adhesión a las últimas tecnologías, al carácter contemporáneo de sus obras y al poso que pudieron dejar en él maestros como Michael Craig-Martin, de quien fuera alumno en la Goldsmith’s School of Art de la Universidad de Londres, los retratos de Opie beben de la tradición de la pintura británica y holandesa de los siglos XVII y XVIII, así como del arte de la estampa japonesa de Hiroshige y Utamaro. En su obra, Opie da cuenta de lo que le rodea y trata de introducir en la mirada metropolitana una experiencia estética, aunando la vida moderna y la cultura popular. Así, en esta exposición, comisariada por el crítico de arte y profesor de Estética Fernando Castro, nos adentramos junto a los personajes de Opie en un escenario público, en el ajetreo de la urbe, en su cotidianidad y a veces, sin darnos cuenta, interactuamos con los personajes formando parte de una comunidad universal. La participación del observador es determinante, pues sus imágenes no buscan transmitir ningún mensaje en concreto, sino que pueden tener significados diversos según la experiencia del espectador y esto nos lleva a otro de los fundamentos de la obra de Opie: profundizar en cómo vemos las cosas, cómo las entendemos y las representamos; la importancia de saber mirar y la contemplación como ejercicio visual.
Las piezas expuestas proceden de los fondos de la Fundación Bancaja y de prestadores como el Banco Santander, la Colección Carmen Thyssen Bornemisza, las galerías Xavier Fiol, Mario Sequeira y Lisson Gallery, así como de colecciones privadas como las de Hortensia Herrero, Mariana Almeida Freitas, Pilar de Diego, Paula Sequeira, Cristina Lopes, Blanca Cuesta, Jaime Marçal, Carlos Puerta, Rocío Puerta de Diego, Ágatha Ruiz de la Prada, José Antonio Sequeira o Manuel Tavares Correia, entre otros.
Julian Opie
CENTRO CULTURAL BANCAJA
Plaza de Tetuán, 23 , Valencia
Del 28 de febrero al 25 de junio de 2017
