El rebobinador

Dinteles, bóvedas y arcos: una guía en el Día Mundial de la Arquitectura

Como muchos ya sabéis, hoy se celebra el Día Mundial de la Arquitectura. Pensando tanto en los no iniciados como en quienes han sepultado bajo capas de olvido los tipos de bóvedas y arcos, hacemos un repaso que hemos procurado que sea conciso, cubriendo los conceptos fundamentales.

A la hora de hablar de sistemas de cubierta, tenemos que hablar de sistema adilentado y sistema abovedado.

EL SISTEMA ADINTELADO

El primero, el más antiguo, implica que dos elementos verticales pueden soportar un tercero horizontal. Su origen se halla en la arquitectura lignaria, de la que no nos quedan testimonios; las primeras muestras de arquitectura adintelada pétrea son los dólmenes prehistóricos, en los que grandes losas de piedra verticales sostenían otras colocadas horizontalmente sobre ellas. Si la distancia entre las piedras verticales era demasiado amplia para una sola losa, se realizaba una “falsa bóveda” por aproximación de hiladas: cada hilada de piedra está en saledizo respecto a la inferior y dos muros paralelos en su base llegarán a tocarse en su parte superior.

También en las grandes obras de la arquitectura egipcia se utilizó el sistema adintelado. La elevación de los dinteles para su colocación presentaba dificultades: se realizaba mediante rampas de tierra que luego eran retiradas. En Grecia sí se llevó el sistema adintelado a su perfección: los bloques de piedra eran extraídos de la cantera y transportados a la obra, donde se acababan de tallar y solo se pulimentaban una vez colocadas en su emplazamiento definitivo.

La cubierta de las construcciones adinteladas griegas es plana, aunque solía estar protegida por un tejado de doble vertiente.

El arco y sus partesEL SISTEMA ABOVEDADO

El sistema abovedado, por su parte, tiene su base en el arco, el elemento sustentante destinado a salvar un espacio, más o menos grande, y formado por dovelas o piedras talladas en forma de cuña que originan empujes laterales y desvían la carga vertical que soportan hacia los puntos de apoyo del arco (impostas). Las partes del arco son:

– Jambas: elementos verticales que no son columnas y sostienen un dintel o arco.

– Imposta: hilada algo voladiza sobre la que se asienta un arco o bóveda.

– Flecha: Altura del arco desde su línea de arranque hasta su clave. En un arco de medio punto coincide el arranque con la línea de imposta. La posición de arranque varía en función de la del centro.

– Luz o cuerda: Distancia o anchura máxima de un arco entre salmer y salmer o entre imposta e imposta.

– Dovelas. Ya las hemos definido, pero nos queda distinguir sus tipos: salmeres (primeras dovelas que apoyan directamente sobre la línea de imposta); clave (dovela central del arco) y contradovelas (las que se disponen a los lados de la clave.

– Trasdós: Plano superior, externo y convexo del arco, es decir, la línea superior que forman las dovelas. También se llama extradós.

–  Intradós: Superficie inferior de un arco.

–  Rosca: espacio entre trasdós e intradós.

–  Riñón: parte entre el primer y el segundo tercio de la flecha que ejerce mayor presión sobre la línea de imposta.

En cuanto a tipologías del arco, son diversas en función del criterio elegido:

SEGÚN LA FORMA. La forma varía según el número de centros o el arranque del arco.

Un solo centro.

De medio punto. El centro se dispone en la línea de imposta. Es semicircular y la flecha es igual a la semiluz.

Rebajado. El centro se sitúa por debajo de la línea de imposta y la flecha es inferior a la semiluz.

Escarzano. Es un arco rebajado, en especial el que corresponde a un ángulo de 60 grados.

Peraltado. El centro se sitúa sobre la línea de imposta y la flecha es mayor que la semiluz. El número de dovelas se prolonga hasta la línea de imposta.

De herradura. El centro se sitúa sobre la línea de imposta y los arranques están a igual altura. Es ultrasemicircular y la flecha aumenta en función, precisamente, de si es más o menos circular.

Dos centros.

Apuntado. Consta de dos porciones de curva que forman ángulo en la clave y cuyo intradós es cóncavo. Su luz depende del lugar donde se disponga el centro de cada porción de curva. Los arcos apuntados tienen, a su vez, una división:

–   A todo punto. Los centros coinciden con cada uno de los salmeres.

–   Lancetado o lanceolado. Cada uno de los centros está fuera del dovelaje y la luz del arco se hace menor.

–   Apuntado de centros interiores. Sus centros están en el interior de la línea de imposta y la luz es mayor.

–   De herradura apuntada o túmido. Los segmentos que conforman el arco se prolongan. En función de dónde se sitúen sus centros puede ser de centros interiores, lanceolado o apuntado.

En cortina. Es el arco de dos porciones de curva con centros exteriores que forman ángulo en el vértice. Los lados quedan convexos.

Adintelados. Sus dovelas se disponen en horizontal a la línea de imposta. Puede ser:

–   Deprimido o rectilíneo. Formado por dos cuadrantes unidos por una recta. Los cuadrantes son prolongaciones de las jambas con dovelas en horizontal.

–   Rampante o tranquil. Los dos arranques del arco están a distinta altura, igual que los centros.

Múltiples centros

Carpanel. Puede tener tres o cinco centros, aunque son más frecuentes los de cinco porque la rosca queda más circular. Uno de ellos queda por debajo de la línea de imposta y con él se traza el segmento central. Con los dos centros que quedan propiamente en la línea de imposta se trazan los segmentos de los bordes. La rosca del arco es más lineal por la intersección de los tres segmentos.

Si tiene cinco centros, tres de ellos son iguales a los anteriores y los otros dos se sitúan bajo la línea de imposta. Con ellos se forma el sector intermedio.

Puede haber, incluso, arcos conopiales de siete centros. Cuanto mayor es el número de centros, más se parece este arco al rebajado. Presenta poca flecha.

Conopial. Tiene forma de llama o quilla invertida. Tiene cuatro centros: dos en la línea de imposta para las ramas bajas y dos fuera del arco para las altas.

En gola. Tiene cuatro centros: dos sobre la línea de imposta, coincidiendo con los salmeres en una línea imaginaria, y los otros dos exteriores. Tiene sus ramas formadas por golas. Es poco utilizado, y tiene un carácter más decorativo que funcional.

Tudor. El más común de los arcos tudores tiene cuatro centros interiores, pero pueden tener hasta 16. Sus ramas rematan en ángulo y tiene poca flecha.

Mixtilíneo. Combina segmentos curvos y rectilíneos, presentando tipologías muy variadas. Multiplica el número de centros para aumentar precisamente el número de segmentos. Cada segmento circular se une mediante segmentos rectilíneos. También es eminentemente decorativo.

SEGÚN LA DISPOSICIÓN DEL ARCO DENTRO DE LA ARQUITECTURA

Abocinado. En derrame, tiene más luz en un paramento que en el opuesto. La saetera también tiene esa forma cuando está derramada y la luz se diferencia en el interior y el exterior. Se produce para ello un estrechamiento en el intradós.

Enjarjado. Las dovelas de los riñones se disponen en horizontal a las impostas.

Enviajados. Tiene los apoyos oblicuos respecto de su planta y las dovelas dispuestas en oblicuo desde los salmeres.

Doblado. Es un arco al que se le sobrepone otro de mayor rosca. Puede tener función estructural (aportar resistencia) o decorativa. El intradós y las dimensiones son mayores.

Angular o en mitra. El intradós está dispuesto en ángulo respecto a las impostas. No hay segmentos circulares.

Clasificación de arcos

ARCOS DECORATIVOS

Lobulado. Formado por lóbulos yuxtapuestos (hordas cóncavas respecto al intradós).

Festoneado. El que presenta el intradós decorado con ondulaciones convexas o festones.

Angrelado. El intradós está ornamentado a base de pequeños lóbulos que realizan  una labor de encaje, con elementos decorativos.

Ciego. Tiene tapiada su luz y una doble función: ornamentar el muro e impedir la visión del interior del edificio. También descargan el muro de peso.

ARCOS SEGÚN SU FUNCIÓN

De descarga. Aparece superpuesto a un dintel, aliviando la estructura adintelada. Sobre el dintel se colocan materiales de relleno más ligeros.

De triunfo. Monumento exento de carácter conmemorativo destinado a que bajo él pasase con sus tropas y botín el Imperator a quien el Senado había concedido la victoria. Su estructura era muy sencilla, constando de uno o tres arcos sosteniendo un entablamento. Tiene origen en Roma.

Torales. Cada uno de los cuatro arcos que sostienen los cimborrios en los cruceros de las iglesias, formados por la unión de dos arcos formeros y dos fajones.

Formeros. Discurren en paralelo al eje longitudinal de la nave y la separan de otra.

Fajones. Discurren en perpendicular al eje de la nave. Soportan el peso de la bóveda.

De entibo. Sirven para sostener o apuntalar una estructura y evitar desplomes. Todos los arcos fajones entiban.

Diafragma. También sirven para entibar. Se disponen bajo estructuras arquitrabadas y techumbres de madera y sujetan los contrarrestos laterales.

Arbotantes. Son arcos rampantes que descargan sobre un contrafuerte exterior al edificio el empuje de las bóvedas.

A monta caballo. Las dovelas que los forman configuran un cuerpo con las hiladas de la arquitectura, como si fueran sillares.

Tipos de bóvedas

BÓVEDAS

Turno de las bóvedas. Podemos definirlas como el espacio exterior que se crea cuando se da una sucesión de arcos. Su ventaja sobre las cubiertas adinteladas es que cubren grandes espacios con material de pequeño formato. Las clasificamos:

De cañón o media cañón. Se forma por la sucesión de arcos de medio punto. Pueden ser de distinto tipo según el arco que se utilice: peraltada, rebajada… También las hay apuntadas, resultantes de la sucesión de arcos de ese tipo. Las bóvedas pueden ser, además, continuas o dividirse en tramos. En este último caso, los arcos fajones pueden ejercer refuerzo en puntos concretos para aportar mayor consistencia, si la bóveda se divide en tramos.

De cañón en derrame o saetera.

De un cuarto de cañón. Su generatriz es la mitad de un arco de medio punto. Se emplea en las naves laterales cuando se cubre todo el edificio con bóvedas de cañón, un sistema no muy usual porque las presiones son tan fuertes que desbaratan todo el sistema constructivo.

Anular. Es una bóveda de cañón montada sobre paredes circulares concéntricas.

Rampante. La generan arcos rampantes. Es más prolongada que la de un cuarto de cañón. Juega con la elevación que crean unas escaleras o una rampa en estancias concretas.

De arista. Es la originada por la intersección perpendicular de dos bóvedas de cañón de la misma flecha. La intersección de las bóvedas está marcada por las aristas. Es más funcional que la bóveda de cañón porque los empujes no son los mismos en todos los lados, se dirigen hacia las esquinas. Permite la apertura de vanos de iluminación porque se aligera la estructura.

Nervada o de ojiva. Es una bóveda de arista a la que se añaden nervios que la refuerzan, permitiendo una estructura más sólida.

De crucería. Se crea por la intersección de arcos apuntados que se cruzan en el centro. Es más versátil, ya que ejerce las presiones de modo más controlado. Se trata, en realidad, de una bóveda de arista reforzada mediante el lanzamiento de nervios (refuerzo estructural) y la cubrición de espacios mediante plementería (cerramiento).

La plementería es el conjunto de piedras o dovelas de una bóveda de crucería y cada uno de sus paños se llama plemento.

La bóveda de crucería necesita arcos formeros o fajones.

Un tipo de bóveda de crucería es la sexpartita: queda, en cada tramo, dividida en seis plementos por llevar, además de los nervios diagonales, otro transversal que pasa por la clave y presenta a cada lado dos arcos formeros. Normalmente un tramo de bóveda sexpartita en la nave central se corresponde con dos tramos en las naves laterales.

Otro tipo es la octopartita, que a la sexpartita añade otros dos nervios transversales.

La bóveda baída o vaída es una bóveda esférica sobre un tramo cuadrado cortada por cuatro planos verticales y perpendiculares entre sí. Es semejante a un casquete superior semiesférico, pero los lados se adaptan al tramo cuadrado y por eso están cortados. Es muy empleada en obras públicas.

El paso de un espacio cuadrado a otro circular se realiza mediante pechinas: triángulos curvilíneos sobre los que se sustenta una cúpula.

Y una cúpula es una bóveda semiesférica que generalmente cubre un espacio cuadrado. Cuando se desea conseguir una elevación pronunciada, se hace reposar a la cúpula sobre un ancho anillo o tambor, a modo de cuerpo cilíndrico o poligonal. La iluminación suele realizarse mediante vanos en el tambor, que también añade verticalidad.

Las trompas son bovedillas semicónicas con el vértice en el ángulo de dos muros y la parte ancha en saledizo. Transforma una planta cuadrada en poligonal, ya que añade cuatro lados en chaflán por el interior del recinto.

Terminamos definiendo el cimborrio: es una construcción elevada sobre el crucero de algunos templos que suele tener forma de torre de planta cuadrada u octogonal rematada en chapitel.

 

 

Ilustraciones: Cátedra.

 

Una respuesta a “Dinteles, bóvedas y arcos: una guía en el Día Mundial de la Arquitectura”

  1. ANTONIO DIEZ DE LA CORTINA CONSUEGRA

    Una descripción muy acertada por lo breve y llena de contenido.
    Por cierto, estoy leyendo un libro de Ken Follet en uno de cuyos pasajes menciona que “el edificio tenía arcos abovedados”. Entiendo que una estructura de piedra destinada a soportar o ser la cubierta y repartir cargas, o es un arco o es una bóveda, pero no un arco abovedado.
    Agradecería algún comentario al respecto.
    Muchas gracias.

    Responder

Comentarios