El nuevo mundo de Oskar Schlemmer

La Staatsgalerie Stuttgart le dedica una amplia retrospectiva

Stuttgart,

Oskar Schlemmer fue una de las grandes figuras de la vanguardia artística alemana en la primera mitad del siglo pasado. Se formó junto a Adolf Hölzel, pionero de la abstracción, y en Stuttgart entabló una estrecha amistad, que sería perdurable, con Willi Baumeister, Otto Meyer-Amden o Johannes Itten.

Lo conocemos fundamentalmente por sus figuras esquematizadas, variante figurativa del Constructivismo. Tras la Primera Guerra Mundial, en la que Schlemmer resultó herido, expuso sus pinturas y esculturas en la Galería berlinesa Der Sturm y en la Galerie Arnold de Dresde, y en 1920 Gropius le ofreció un puesto de profesor de la Bauhaus, que él aceptaría. Allí intentó transmitir a sus alumnos la idea de “obra de arte total” impartiendo clases de pintura mural, dibujo del natural, escultura, teatro o danza. Suya es la pieza Triadisches Ballet, que se estrenó en 1922 y que se convertiría en un símbolo de la reforma de la danza y de la escenografía teatral en la década de los veinte. De hecho, Schlemmer recibió entonces numerosos encargos para el diseño escenográfico de óperas y ballets y dirigió el taller de artes escénicas de la Bauhaus.

 

Oskar Schlemmer. Modelos para Triadic Ballet, 1922

 

Sus coreografías se consideran la perfecta expresión de la síntesis entre las ideas espaciales de Walter Gropius plasmadas en el edificio de la escuela en Dessau y las experiencias que Kandinsky, Klee e Itten desarrollaron en torno al color y la forma.
Entre 1929 y 1932, enseñó en la Staatliche Akademie de Breslau y posteriormente se instaló en Suiza con la idea de volver desde allí a Alemania si el nazismo suavizaba su férrea política cultural, lo que no ocurrió: la inclusión de sus pinturas en la exposición de “Arte degenerado” de 1937 minó sus esperanzas de triunfo en su país, al que no obstante decidió volver, no para pintar, sino para trabajar en diversas fábricas relacionadas con la producción de pintura y esmalte. Sus últimas obras representan ventanas tras las que advertimos interiores con personas llevando a cabo acciones cotidianas en sustitución de sus anteriores pasillos y barandillas como vías de circulación y relación humana.

SCHLEMMER EN EL CIELO Y EN LA TIERRA

Oskar Schlemmer. Folkwang Cycle: Group of Four on Steps with Right-angled Arm Gestures, 1929/1930
Oskar Schlemmer. Folkwang Cycle: Group of Four on Steps with Right-angled Arm Gestures, 1929/1930

Staatsgalerie Stuttgart ofrece, hasta el 6 de abril de 2015, la primera gran retrospectiva de Schlemmer en cuatro décadas, una exhibición que se nutre de su amplia colección del artista pero también de documentos de su archivo y de préstamos de particulares y de otros centros. La muestra hace hincapié en su doble mirada hacia esferas metafísicas y religiosas y hacia su propio tiempo, pues Schlemmer fue de los que confiaron en el poder del arte para cambiar el mundo.

En Stuttgart se han reunido aproximadamente 250 trabajos entre acuarelas, pinturas, dibujos, esculturas, fotografías y vestuario original del Triadic Ballet que se conserva en la Staatsgalerie. Podremos contemplarlas en seis secciones estructuradas atendiendo a un criterio tanto cronológico como temático.

Ideólogo para muchos de la formulación del hombre contemporáneo desde parámetros plásticos, dinámicos y espaciales, definió, incluso en sus esculturas y sus pinturas murales, una nueva construcción humana a partir del “tipo” basado en la danza y el teatro. Escapó de la tendencia a la abstracción dominante en la Bauhaus y se centró en la geometrización orgánica de la anatomía humana presente en obras figurativas, ilusionistas. Uno de sus lemas fue El mundo pertenece al bailarín, formulado por Nietzsche: sus cuerpos enlazaban lo orgánico y lo técnico sin caer en lo mecánico, propio de Léger y del Futurismo, aunque tampoco en las tres dimensiones.

Schlemmer no recurrió a un cromatismo rico sino restringido y se sirvió de la figura humana como medida de sus obras y como alegoría con la que repensar los espacios de relaciones sociales.

Comentarios