El Museu Picasso estudiará en primavera el peso de la caricatura en los retratos de Picasso

Casi un millón de personas visitaron el centro en 2016

Barcelona,
Pablo Picasso. Retrato de Olga Picasso, 1923. © Succession Picasso
Pablo Picasso. Retrato de Olga Picasso, 1923. © Succession Picasso

Tras hacer el obligado balance en cifras de 2016 (más de 950.000 visitas al centro, un 70% de ellas sin colas gracias a un nuevo sistema de venta anticipada, y más de un millón a su página web), el Museu Picasso ha avanzado ya las líneas maestras de su programación en el nuevo año, el primero que comienza bajo la dirección de Emmanuel Guigon.

La primera gran muestra del Museu en abrirse este 2017 podrá visitarse entre el 17 de marzo y el 25 de junio y llegará a Barcelona procedente de la National Portrait Gallery londinense. Explorará la influencia de la caricatura en los retratos de Picasso a partir de pinturas, esculturas, dibujos y grabados de todas las etapas de la trayectoria del artista malagueño.

El género del retrato estuvo presente en su producción desde sus inicios: en su juventud tomó en multitud de ocasiones como modelos a sus familiares y hacia el cambio de siglo ya había perfeccionado su técnica hasta el punto de alcanzar un rotundo éxito en Barcelona retratando a artistas y escritores de vanguardia de su entorno. Sus influencias no eran siempre clásicas: muchos de estos trabajos los concebía como caricaturas ingeniosas, y desde esa misma actitud llegó a autorretratarse en alguna ocasión.

No era frecuentemente que aceptase encargos y sí que pintara a figuras de su círculo de amistades, lo que confería a sus procesos creativos, y también a los resultados, una gran libertad que tuvo sus frutos en exageraciones y distorsiones y en distintos tratamientos humorísticos acordes a los retratados. Cuando pintó a sus amantes, por ejemplo, subvirtió los códigos habituales de los retratos femeninos relativos a verosimilitud e idealización.

Pablo Picasso. Mujer con sombrero (Olga), 1935. © Centre Pompidou, MNAM-CCI, Dist. RMN-Grand Palais
Pablo Picasso. Mujer con sombrero (Olga), 1935. © Centre Pompidou, MNAM-CCI, Dist. RMN-Grand Palais

También desde la libertad planteó Picasso sus “copias” de obras de los grandes maestros, en las que trabajó desde la última década del s XIX y sobre todo al final de la II Guerra Mundial. En muchos casos, tomó como fuente igualmente retratos y, ya en su vejez, caricaturas de creadores afines como Rembrandt y Degas.

A lo largo del año, el Museu Picasso dedicará exposiciones también a la producción que el artista realizó en Barcelona en 1917, a Artur Cravan, que también residió en Barcelona en los años inmediatamente anteriores, a los grabados de Picasso y sus sobrinos J. Fín y Vilató y a los dibujos y pinturas que el cubista donó a Barcelona en 1970, procedentes de sus fondos particulares. Entre ellos figuran piezas de Julio González, Casagemas y Manolo Hugué.

Guigon también ha adelantado novedades en el planteamiento museográfico del Picasso que comenzarán a materializarse en 2018: se modificará la presentación de la colección permanente para mostrarla desde un enfoque más didáctico y cercano a la etapa que el artista vivió en Barcelona; tendrán mayor cabida en el centro trabajos de artistas contemporáneos que contextualizarán los suyos y también ganará presencia el acervo documental del Museu: fotografías, correspondencia, filmes…

Está previsto que la segunda planta del centro se recupere para exhibiciones temporales y que las arcadas de la planta baja ganen nuevos usos para no ser solo zona de paso, y se trabaja además en la posible convocatoria de un premio de investigación en torno a la figura del pintor. Guigon pretende también potenciar los nexos del museo barcelonés con el resto de centros dedicados a Picasso.

 

 

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