El ahora de Nanna Hänninen

La Galería Cámara Oscura muestra sus naturalezas muertas

Madrid,
Nanna Hänninen. Unsent love letters, 2015
Nanna Hänninen. Unsent love letters, 2015

Dentro del programa de la próxima edición de PHotoEspaña, la Galería Cámara Oscura de Madrid presenta desde el 26 de mayo su tercera individual de la fotógrafa finlandesa Nanna Hänninen, cuyas imágenes, a veces próximas a la pintura y de tendencia abstracta, unen lo falso y lo verdadero y han abordado a menudo cuestiones sociales, políticas y medioambientales.

Ligada a la Escuela de Helsinki, Hänninen presentará en esta ocasión un proyecto compuesto por naturalezas muertas elaboradas sobre papel arrugado que mantiene textos escritos por la autora, ligados a sus desafíos personales y procedentes de sus cuadernos de trabajo.

Nanna Hänninen. Possible definition of present and entirety as fragments, 2015
Nanna Hänninen. Possible definition of present and entirety as fragments, 2015

Bajo el título tan vinculado a la meditación de “Now is now”, encontraremos imágenes vinculadas a emociones y experiencias cotidianas con su doble cariz personal y universal: todos las compartimos, pero nadie las experimentamos igual. Hänninen hace hincapié en los rasgos psicológicos y actos que nos conectan, que podrían generar una comunidad emocional universal pese a movernos en terrenos tan subjetivos.

No hace referencia la finlandesa únicamente a sentimientos y vivencias que podría compartir cualquier artista, sino a aquellos con los que podría empatizar cualquiera de sus espectadores: las dificultades que nos ponemos y nos ponen, la ansiedad, la selva emocional en que puede convertirse, o que es sin más, el entorno de cada uno de nosotros.

En línea con tantas propuestas espirituales que proponen la escucha interior, la meditación y la focalización de la atención en el presente, esta serie de  Hänninen reivindica la importancia de ser conscientes y artífices del momento, contemplando lo pasado y lo futuro únicamente como construcciones mentales sobre las que ya no ejercemos ni influencia ni capacidad de decisión.

Como viene ocurriendo desde aproximadamente el año 2000, el tono predominante en estas obras es el blanco y no hay en ellas efectismo, así que el resultado, minimalista, propiciará que el visitante entre en situación y evoque sus propias experiencias.

 

 

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