David Altmejd y el flujo del pensamiento

El Musée d´ Art Moderne de París abre su primera retrospectiva en Francia

David Altmejd. Flux

MUSÉE D´ART MODERNE DE LA VILLE DE PARIS

11, avenue du President Wilson

París

París,
David Altmejd. The University 1
David Altmejd. The University 1

Obras inéditas y anteriores de David Altmejd y una escultura monumental de producción reciente (la espectacular The Flux and The Puddle) se exhiben hasta el 1 de febrero del año que viene en el Musée d´ Art Moderne de la Ville de París con motivo de “Flux”, la primera retrospectiva en Francia de este escultor canadiense.

La muestra ha sido concebida como una obra en sí misma, poblada por criaturas antropomorfas o animales y objetos híbridos con forma entre vegetal y mineral que dialogan con la arquitectura del museo parisino. Como es habitual en la obra de Altmejd, resulta evidente su interés tanto por las ciencias naturales (estudió biología) como por la arquitectura en trabajos ejecutados con una enorme diversidad de materiales.

Estudioso del flujo psíquico que canalizamos en nuestros sueños, el de Montreal combina motivos que podríamos calificar como abyectos o o grotescos con una estética brillante, de falso lujo, en piezas inevitablemente kitsch que evocan mundos de ensueño y pesadilla y que generan tanta fascinación como terror.

Esa dicotomía no es la única que maneja Altmejd, que deliberadamente da tanta importancia a sus procesos de trabajo como a la vertiente conceptual de su obra o cultiva el dominio virtuoso de las técnicas escultóricas a la vez que incorpora objetos encontrados. Utiliza la luz, tanto natural como artificial, para guiar al espectador en la contemplación de sus trabajos, y con ese fin incorpora también a sus exposiciones espejos, a veces sin mácula, a veces rotos.

Altmejd da tanta importancia a sus procesos de trabajo como a la vertiente conceptual de su obra

En París vemos seres descuartizados, insectos, líquidos, frutas, gigantes, hombres lobo, mucho plexiglás, construcciones geométricas y una de sus obras misteriosas: Sarah Altmejd, un autorretrato que es a la vez retrato de su hermana y que el artista entiende como una de sus piezas fundacionales; se fecha en 2003.

Deudor del universo cinematográfico de David Cronenberg, David Lynch o Jim Henson, y marcado, como tantos artistas de su generación, por la obra de Matthew Barney, Altmejd suma también referencias a mitos y alquimias en piezas a veces cuidadosamente estructuradas, otras tendentes a una igualmente estudiada dispersión.

Muchos consideran a Altmejd un narrador, un creador de fábulas llenas de fantasía que nos habla de los misterios que rodean el deseo y el erotismo a partir de alusiones tanto a fábulas infantiles y cómics como al cine de serie B; otros considerar su obra un canto a la concepción de vida como lo latente, lo siniestro, lo exuberante, la conjugación de lo natural (terrenal, sucio) y lo trascendente.

Esta exhibición podrá verse en 2015 en el MUDAM de Luxemburgo (entre marzo y mayo) y en el MACM de Montreal (de junio a septiembre).

 

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