Cuatro esculturas de Miró, cedidas a Santander y el Centro Botín

Joan Miró. Femme, Monument, 1970
Joan Miró. Femme, Monument, 1970

Hasta el 2 de septiembre, podemos visitar en el Centro BotínJoan Miró: Esculturas 1928-1982”, pero cuatro obras que forman parte de la muestra continuarán en Santander después. Los herederos del artista, representados por su nieto Joan Punyet Miró, han acordado sobre ellas una cesión temporal por cinco años renovables, cumpliendo con el deseo del autor de que sus piezas de gran formato puedan verse en lugares públicos y sean accesibles a todos.

Las cuatro obras cedidas proceden de Mallorca; tres fueron realizadas con objetos encontrados, una práctica habitual en Miró, mientras la cuarta es uno de sus muchos homenajes a la mujer. Hablamos de Femme Monument (1970) y Souvenir de la Tour Eiffel  (1977), que se exhibirán en la galería E de la primera planta del Centro Botín, zona que se convertirá para ese fin en un espacio dedicado al artista, y de Tête (Tête sur socle) (1978) y Femme (Femme debout) (1969), obras monumentales que recibirá el Ayuntamiento de Santander y que se ubicarán en los Jardines de Pereda.

Se llevaron a cabo en tres talleres de fundición diferentes (en Barcelona, París y Verona), y abarcan un amplio arco cronológico, así que permitirán al público apreciar la evolución de la obra escultórica de Miró con claridad.

Femme, monument (1970) tuvo su origen en una pastilla de jabón de las que utilizaba Miró para limpiar pinceles. Al tener los bordes más duros, se iba erosionado su parte interior hasta hacer un orificio como el que se representa en la escultura. El paso a la monumentalidad de esta pieza, como sucede en otras muchas, se logró a través de sucesivos agrandamientos de modelos en yeso.

Souvenir de la Tour Eiffel (1977) tiene como eje un cuerpo vertical, originalmente una lámpara de mimbre que se apoya sobre cuatro patas y cuya pantalla ha sido sustituida por la figura de un cabezudo, concretamente la de Groucho Marx. Al colocar esta gran cabeza horizontalmente se produce un juego que da paso a los rasgos faciales.

Tête sur socle (1978), por su parte, nació a partir de un elemento de mobiliario de pequeño tamaño, de madera, que fue aumentando de tamaño (varios modelos en yeso ampliados con el pantógrafo) hasta llegar al aspecto final.

Y, por último, Femme debout (1969) es una figura maciza e imponente. Su origen está en una pequeña escultura de 1949, agrandada pensando en exhibirla en espacios abiertos.

 

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