Bill Viola, en diálogo

Cuatro videoinstalaciones del artista se muestran en la Real Academia de San Fernando coincidiendo con la presentación en el Teatro Real de su proyecto para Tristán e Isolda

Bill Viola (en diálogo)

MUSEO DE LA REAL ACADEMIA DE BELLAS ARTES DE SAN FERNANDO

C/ Alcalá, 13

Madrid

Madrid,

Bill Viola. El Quinteto de los Silenciosos, 2000

Coincidiendo con la representación en el Teatro Real de Tristán e Isolda, ópera de Wagner que contará con un vídeo de Bill Viola y con la dirección escénica de Peter Sellars, la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid presenta, hasta el 30 de marzo, cuatro videoinstalaciones de Bill Viola en diálogo con trabajos de Pedro de Mena, José de Ribera, Alonso Cano, Zurbarán, El Greco y Goya pertenecientes a los fondos de este centro.

Las piezas de Viola escogidas toman como punto de partida referentes antiguos para generar imágenes de una calidad técnica muy cuidada que buscan intencionadamente la creación de belleza. En palabras del propio Viola, no le interesaba apropiarse de los clásicos ni volver a representarlos, sino introducirse en el interior de sus cuadros, habitarlos y sentirlos respirar.

Las videoinstalaciones que podemos ver en la Real Academia son Dolorosa, El Quinteto de los Silenciosos, Montaña Silenciosa y Rendición. Las dos primeras se fechan en 2000; las dos últimas, en 2001, y todas testimonian el interés de Viola por la dimensión espiritual de la obra de los grandes maestros, más que por sus formas visuales. El objetivo de Viola en estos trabajos era acercarse a la fuente original de sus emociones y a la naturaleza de la propia expresión emocional, un territorio casi prohibido durante su formación en los setenta.

Si en El quinteto de los silenciosos, cinco personas experimentan una energía emocional creciente sin interactuar entre ellos, Dolorosa evoca la condición universal del sufrimiento a través de sendas pantallas planas en las que un hombre y una mujer muestran en sus rostros las huellas de un dolor extremo. Montaña Silenciosa, por su parte, se nos presenta como testimonio visual de la capacidad humana de resistir la auto-destrucción y renovarse y estudia los efectos de un desbordamiento emocional explosivo cuando recorre el cuerpo humano y, por último, en Rendición veremos un díptico en el que un hombre y una mujer, dispuestos alternativamenteuno sobre otro, revelan a través de sus acciones la presencia de un plano de agua bajo el borde de la pantalla, un agua en la que se sumergen físicamente empezando por el rostro mostrando su angustia cuando emergen.

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