Fue uno de los impulsores del cambio en la plástica mexicana de la segunda mitad del siglo XX. Sus padres le envían a Cleveland a estudiar escenografía y a su regreso a México en 1935 comienza a trabajar en la industria del cine y en el teatro. A finales de los cuarenta empieza a concentrarse en la pintura, y aunque recibe los consejos de Julio Castellanos y Juan OGorman, se le puede considerar un autodidacta. Su obra deriva pronto hacia una cálida abstracción en la que se descubre la huella del cubismo , así como de las obras de Mondrian y Klee . En los cuarenta recibe el influjo de los surrealistas que se refugian en México huyendo de la contienda europea: Buñuel, Breton, Benjamin Péret y de manera especial Wolfgang Paalen. Este legado se aprecia ya claramente en la exposición que celebra en 1950. A pesar de su conocimiento del lenguaje de vanguardia, en su obra pervive el compromiso con sus raíces mexicanas, manifestadas a través de su aprecio por el paisaje y la arquitectura precolombina. El dibujo certero y sobrio, y el meditado colorismo con que encendió sus telas se encuentran entre sus mejores logros.