Considerado como uno de los máximos representantes del periodo clásico del arte griego, se conoce su estilo, por las copias, descripciones de obras como su Atenea y su Zeus, y sobre todo por las esculturas que se conservan del Partenón de Atenas (447 – 432 a. C), y que Fidias supervisa: un friso en bajorrelieve de unos 160 metros de longitud, noventa y dos metopas en altorrelieve y grupos de figuras exentas en ambos frontones. Su estilo se caracteriza por la belleza serena de los rostros, la flexibilidad y transparencia de las vestimentas y la combinación de equilibrio y vida, mediante la ligera inclinación de la cabeza. Su influencia se aprecia en las mejores pinturas de vasos contemporáneos y en la escultura de sus sucesores.