Desde los años setenta practica una pintura en la que experimenta profusamente con técnicas y formatos, especialmente con el “collage” y el ensamblaje. En ellas se encuentran referencias iconográficas que van desde el románico catalán a las artes primitivas, Miró, Picasso y Tápies. En la década de los setenta realiza varias acciones de espíritu conceptual, como Accio Zero y Accio U con Cesc Galabert y escenografías con grupos independientes de teatro. Entre 1977 y 1982 vive en Oxaca (Méxicó) y Nueva York. En 1994 la Fundación Miró de Barcelona le dedica una importante retrospectiva de su obra.