Hace un par de días el Pabellón de la Fundació Mies van der Rohe comenzó a hacerse evanescente y ese proceso de perder su materialidad culminará el 28 de noviembre, cuando el equipo de arquitectos formado por la finlandesa Anna Bach y el catalán Eugeni Bach finalicen su proyecto mies missing materiality, convirtiendo este espacio en una maqueta a tamaño real vestida con un material blanco uniforme que subrayará el valor representativo tanto de la construcción original de Mies van der Rohe como de su reconstrucción, impulsada por Oriol Bohigas.
Ambos Bach han sido los elegidos para lavar la cara al edificio tras pasar por aquí SANAA, Jeff Wall , Ai Weiwei, Enric Miralles, Andrés Jaque o Antoni Muntadas, en un proyecto de intervenciones de largo recorrido que pretende potenciar las posibilidades de este espacio como lugar propicio a la experimentación artística y arquitectónica.
A lo largo de estos días, se irán disponiendo sobre los muros vinilos blancos que darán a la piedra, el acero y el cristal un carácter etéreo, más volátil conforme pase el tiempo. El público podrá asistir al proceso, consistente sobre todo en vestir para desnudar, desde una plataforma situada en la explanada anexa. La conversión completa del Pabellón en maqueta se producirá el día 16, fecha en que Anna & Eugeni Bach charlarán sobre arquitectura y materialidad en una mesa redonda abierta al público en la que también participarán María Langarita, galardonada como Arquitecto Emergente del Premio de Arquitectura contemporánea de la UE y Premio Mies van der Rohe 2013, y Carlos Quintáns, León de oro en La Biennale di Venezia el año pasado. Y el 27 de noviembre se procederá a la retirada de los vinilos que hacían inmaterial al Pabellón, regresando este a su estado original; también podemos considerar ese desenlace parte de la intervención.
Dado que este edificio es una reconstrucción del primer edificio creado para representar a Alemania en la Exposición Universal de 1929, una réplica construida en los ochenta de modo tan fiel que cuesta recordar que lo es, mies missing materiality se plantea como una representación de la representación y un recordatorio de que el valor de las obras primeras se transformó por completo en el siglo pasado, de que hemos convertido las superficies blancas en emblema de la nueva arquitectura, y casi de la modernidad, y de que la visión o no de materialidad determina por completo nuestra percepción de cualquier ambiente.
En palabras de los Bach, convertir el Pabellón en una maqueta, con todas sus superficies limitadas a un único material, tan blanco como indeterminado, pone en evidencia el papel representativo del edificio; tanto el del original, como símbolo nacional, como el de la réplica, en representación del primero. El Pabellón será, durante un tiempo, la maqueta a escala 1:1 de la réplica del pabellón temporal más longevo de la arquitectura moderna. Sustraer toda materialidad al Pabellón abre además otras interpretaciones ligadas a la historiografía de la arquitectura del siglo XX. Se refieren al halo modernizador e igualador de lo blanco y a las posibilidades de este tono para restar materialidad, peso, a los edificios, dejando en un segundo plano, a veces, las peculiaridades de los diseños que los hicieron únicos. Entienden que eliminar esa solidez puede ser una vía para incidir en el carácter representativo y atemporal de los proyectos. Lo fugitivo permanece.
Su visión abierta de la arquitectura ha conducido a los Bach a desplegar su actividad en cuatro frentes: el diseño, con proyectos a distintas escalas; la docencia, en centros y universidades europeas; la investigación en torno a la percepción de los espacios (en este ámbito podríamos clasificar su intervención en Barcelona) y el cultural: comisarían exposiciones, coeditan la revista-fanzine del colectivo Aproximacions y forman parte de distintas asociaciones que promueven los valores de la arquitectura.
“mies missing materiality”
Avenida Francesc Ferrer i Guàrdia, 7
Barcelona
Del 8 al 28 de noviembre de 2017
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