Alfons Borrell, los trabajos y los días

La Fundació Joan Miró muestra más de un centenar de sus pinturas

Barcelona,
Alfons Borrell. Los trabajos y los días
Alfons Borrell. Los trabajos y los días

Las pinturas de Alfons Borrell no están hechas únicamente para ser contempladas, también para ser experimentadas: este artista barcelonés no entiende sus obras como trabajos cerrados y estáticos y demanda al espectador que no se limite a interpretarlos, sino que se abra a ellos, que se deje influir o conmover. Y abiertas al espectador y a su entorno, y no como objetos aislados, se exponen hasta el 27 de septiembre en la Fundació Joan Miró de Barcelona un centenar de sus piezas, representativas de los dos rasgos esenciales de sus cerca de sesenta años de trayectoria y la mayoría inéditas: intensidad y constancia.

La muestra, titulada precisamente en alusión a esa actitud de trabajo “Los trabajos y los días”, se inicia recordando cómo Borrell conoció de cerca a principios de la década de los sesenta las rebeldes prácticas artísticas del grupo Gallot. Su producción era entonces abstracta y contenida y los desafíos que implicaban las acciones públicas de los Gallot supusieron un desafío para este artista.

Alfons Borrell. Los trabajos y los días
Alfons Borrell. Los trabajos y los días

En conjunto, todas las obras que podemos contemplar en Barcelona nos hablan de apertura a la naturaleza, entendida ésta como fuerza dinámica en proceso de transformación sin fin. Esa apertura lleva implícita la noción de imposibilidad por desbordamiento: no se puede fijar lo que se resiste a ser fijado. En este sentido conviene fijarse detenidamente en su filme del 64 Aigua fosca.

La exhibición, comisariada por Oriol Vilapuig, nos invita a contemplar las obras de Borrell de los primeros setenta como espacios de orden y contención en los que el pintor desarrolla un lenguaje que se repliega sobre sí mismo. La evocación de lo natural es sustituida por piezas que no pretenden nada más allá de su presencia autónoma, y que por ello cuentan ya con el blanco y el negro como únicos y fundamentales elementos. La pura contención.

Ya a finales de esa década, y en sus trabajos posteriores, Borrell ha intentado acotar sus espacios a formas cuadradas o rectangulares que hacen alusión al vacío, a los límites físicos y de lenguaje de la obra de arte. Líneas diagonales, horizontales o verticales que atraviesan o delinean el espacio marcan superficies, designan presencias simbólicamente o remiten al horizonte.

Esta es la mayor exposición dedicada al artista desde la que en 2006 le brindó el Centre Tecla Sala.

 

 

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