Marte, historia de una fascinación

Telefónica rastrea nuestro imaginario del planeta rojo

Madrid,

Dicen los científicos que podríamos llevar, hipotéticamente, astronautas a Marte en la década de 2030 si las inversiones y la cooperación internacional ayudan, pero nuestra mente nos ha conducido allí muchas veces ya. No sabemos con seguridad quién descubrió el planeta, sí que su nombre se debe al dios de la guerra porque su color rojizo sugería el de la sangre. Y también sabemos que sus condiciones de temperatura (de media 63 grados negativos), gravedad y radioactividad no favorecen la vida, pero no podemos asegurar que no la haya habido, aunque nadie construyera canales y a Schiaparelli lo tradujeran mal.

Siguiendo una línea expositiva que comenzó con Foster y que el Espacio Fundación Telefónica dedica a lo que podemos esperar, y lo que no, del futuro, a partir del día 8 podemos visitar, en la cuarta planta de este centro, una muestra didáctica e interactiva, a medio camino entre la ciencia y la cultura, que rastrea la historia de nuestro interés por el planeta vecino a través de centenar y medio de piezas muy diversas entre las que no queda más remedio que elegir la más pequeña: un fragmento de meteorito procedente de Marte que cayó en 1962 sobre Nigeria; parece un trozo de baldosa gris y encierra todo el misterio de lo que nos es inédito.

Lo encontramos al comenzar esta exhibición, organizada por Telefónica en colaboración con la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia, donde viajará después, en 2018. Comparte protagonismo con preciosas láminas originales de los siglos XVI y XVII dedicadas al sistema solar, una réplica del telescopio que usó Galileo para apoyar las teorías copernicanas y defender el heliocentrismo, ilustraciones de la genial La guerra de los mundos de H.G. Wells o maquetas en 3D de las primeras sondas enviadas a Marte. ¿Recordáis, por cierto, la inquietante versión radiofónica de la novela de Wells, a cargo de Orson Welles, que en 1938 sembró el pánico en Estados Unidos ante una posible invasión marciana? En el Espacio Fundación Telefónica podremos escuchar la versión que de ella realizó Radio Televisión Española.

Marte según el Curiosity Rover
Marte según el Curiosity Rover
H.G. Wells. La guerra de los mundos. Looking Glass LibraryRandom House, Nueva York
H.G. Wells. La guerra de los mundos. Looking Glass Library Random House, Nueva York, 1960

Son algunas de las obras con las que este centro busca atrapar la imaginación, y quizá también los intereses de estudio, de un público muy diverso: el más interesado, de antemano, por la ciencia, que podrá disfrutar con infografías muy claras que comparan las características de Marte y la Tierra, con el primer dibujo del planeta, hecho en 1636 por Fontana; el primer mapa de sus rasgos a cargo de Christiaan Huygens o textos de Tesla, Marconi y Schiaparelli; y el menos conocedor de los entresijos del espacio, que puede deleitarse con una pieza audiovisual inmersiva que le introducirá en un atardecer marciano a partir de imágenes de la NASA o con una selección de obras del amplísimo elenco de artistas y literatos que imaginariamente viajaron al planeta vecino para dotarle de crónicas (Ray Bradbury) o imaginarse vida (David Bowie, en Hunky Dory), pasando por decenas de filmes y cómics.

Hasta la fecha se han dedicado a Marte 43 misiones, y España participa actualmente en dos proyectos europeos. Miembros del INTA, la ESA y el Observatorio Astronómico de Roma, organismos que han colaborado en la preparación de esta exposición, coinciden en que es difícil elucubrar plazos, pero también en que hoy vive entre nosotros quien viajará a Marte. Mars Express ha analizado en profundidad su geología y su meteorología y dos misiones ExoMars están listas para investigar señales de vida en la atmósfera y bajo la superficie marciana; resta asegurarnos que los astronautas estarán seguros: que podrán enfrentarse a la radiación cósmica, que la gravedad de Marte les permitirá desplazarse y regresar y que la experiencia no repercutirá demasiado en su salud: en el planeta misterioso nuestros huesos podrían desgastarse en un mes el equivalente a su desgaste en la Tierra en un año.

Con ese fin, en la isla de Devon, en el Ártico, y más cerquita, en las minas de río Tinto, donde viven microorganismos que no necesitan materia orgánica para alimentarse, los científicos experimentan la repercusión del aislamiento y de ciertas condiciones extremas en el cuerpo humano.

Es una utopía radical que lleguemos a establecernos allí, y más aún que lo veamos, pero la ciencia explora cómo podrían ser los asentamientos que facilitarían la supervivencia: las construcciones bajo tierra, los iglús… que podrían acercar las condiciones de vida marcianas a las terrestres.

Fontana. Dibujos de Marte, 1659 y 1638. Ed Gauthier Villars et fils (Paris), 1892-1909
Fontana. Dibujos de Marte, 1659 y 1638. Ed Gauthier Villars et fils (Paris), 1892-1909

Nos separan millones de kilómetros (unos 225, aunque la distancia oscila mucho en función del movimiento de los planetas y en 2003 fueron solo 55), sin embargo no estamos tan lejos, teniendo en cuenta las dimensiones del sistema solar y que este no es el único.  Para familiarizarnos con los paisajes del planeta rojo, tres piezas interactivas desarrolladas por la Universidad Politécnica de Valencia nos invitan a adivinar qué paisajes son marcianos y cuáles terrestres, a hacernos un selfie junto al Curiosity o a compartir nuestras propuestas para conservar Marte en mejores condiciones que la Tierra. La exposición nos da razones para alimentar la imaginación y también el conocimiento.

Nicolas de Fer. Tres mapas cósmicos de Ptolomeo, Copérnico y Brahe, 1669-1670. Library of Congress
Nicolas de Fer. Tres mapas cósmicos de Ptolomeo, Copérnico y Brahe, 1669-1670. Library of Congress

 

 

“Marte. La conquista de un sueño”

ESPACIO FUNDACIÓN TELEFÓNICA

c/ Fuencarral, 3

Madrid

Del 8 de noviembre de 2017 al 4 de marzo de 2018

 

Guardar

Comentarios