Klee: toda la abstracción

La Fondation Beyeler muestra un centenar de sus obras

Basilea,
Paul Klee. Fugue in red, 1921
Paul Klee. Fugue in red, 1921

Hace algo más de un año era el Centre Pompidou de París el que repasaba la carrera de Paul Klee fase a fase, desde sus inicios en la vanguardia hasta sus años finales, marcados por la guerra y la enfermedad; ahora, hasta el próximo 12 de noviembre, la Fondation Beyeler de Basilea toma su testigo para explorar, en concreto, su etapa abstracta, aunque recoja piezas de toda su carrera.

Klee es el segundo artista más representado en las colecciones de esta institución, tras Picasso. Actualmente sus fondos cuentan con veinte obras del alemán, pero en torno a medio millar pasaron en su día por las manos de Ernst Beyeler, en su labor como galerista o en su faceta de coleccionista. Él mismo explicaba en sus memorias, “La pasión por el arte”, su fascinación por el arte de Klee y manifestó su gusto, sobre todo, por las obras de su último periodo, por la calidad de su cromatismo y su expresividad.

La muestra suiza, abierta el pasado domingo, recoge en torno a cien obras del pintor fechadas desde 1913, muchas de ellas cedidas por instituciones públicas y privadas internacionales. Entre ellas figuran obras maestras bien conocidas, pero también otras apenas expuestas al público con anterioridad que nos acercarán al periodo en que Klee, como muchos creadores europeos, respondieron al desafío preconizado por Kandinsky de expresarse sin recurrir a la figuración.

Las casi 10.000 obras que se le atribuyen ofrecen ejemplos vibrantes de sus incursiones en el mundo figurativo, en el abstracto y en las intersecciones entre ambos, prestando atención a motivos fundamentales en su carrera como la naturaleza, la arquitectura, la música o la escritura y sus signos.

Paul Klee. The Chapel, 1917
Paul Klee. The Chapel, 1917

Una de las obras más tempranas de la exposición, significativa de su producción primera, es The Chapel, datada en 1917, en plena I Guerra Mundial. Tanto esta, que empezó solo tres meses después de su conocido viaje a Túnez, como la Segunda, que comenzó, más o menos, un año antes de que el pintor muriera en Muralto, suponen, hablando de Klee, casi hitos vitales. Cuando llevó a cabo esta obra, él trabajaba como soldado, no en el frente, sino en una escuela de entrenamiento de pilotos. En ella demostró que su estilo ya era maduro y que podía experimentar con los espacios, la profundidad y las gradaciones de color en los formatos tradicionales de la pintura. Si os fijáis, hay luna abajo y luna arriba: nos da libertad para contemplar la obra desde uno u otro punto de vista.

También se exhibe en Basilea la acuarela Fugue in red, de 1921, formada por una sucesión de formas geométricas repetidas que parecen brotar de la oscuridad y dirigirse hacia la luz. Cada una parece un espectro oscilante, sobre todo en su color, con distintos tonos de rojos y rosas. El título hay que tomarlo como informativo: ya sabemos que, en música, las fugas son composiciones basadas en la polifonía y la repetición armoniosa. Ese sentido de la palabra, y el latino de escapar, parecen haber inspirado a Klee estas formas en evaporación, una música volátil representada en términos visuales.

Una manzana ocupa casi por completo la superficie de la pintura posterior Prizewinning Apple (1934), pero el motivo no tiene aquí nada de tradicional: su enorme tamaño nos lo sugiere su comparación con la escalera del fondo, así que el pintor está desarrollando aquí un exquisito juego óptico sobre la percepción y las leyes de la geometría.

Y otra obra clave de la muestra, tres años posterior, es la muy vital Signs of life, que Ernst Beyeler calificaría como alfombra de vida, por su evocación a estos textiles en su composición de rectángulos irregulares y su sugestión de gozo. Las marcas negras y los símbolos, que en algunos casos parecen emerger del fondo, demarcan áreas individuales de color.

1937 fue un año fundamental en el desarrollo artístico de Klee: trabajó con intenso fervor desarrollando un estilo marcado por la simplificación extrema y el uso de un vocabulario formal básico.

En la Beyeler, la exposición se acompañará de diversos ciclos musicales donde podremos escuchar las melodías que gustaron al artista: desde las polifonías de Bach a las composiciones de Einaudi.

Paul Klee. Prizewinning Apple, 1934
Paul Klee. Prizewinning Apple, 1934

 

Paul Klee. Blühendes, 1934. Kunstmuseum Winterthur
Paul Klee. Blühendes, 1934. Kunstmuseum Winterthur

 

“Klee”

FONDATION BEYELER

Baselstrasse 101

Riehen Basilea

Del 1 de octubre de 2017 al 21 de enero de 2018

 

 

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