Julião Sarmento en la piscina del cine

El CGAC explora su mirada fílmica en una exposición sin vídeos

Santiago de Compostela,

Hace un tiempo, Julião Sarmento visitó el Centro Gallego de Arte Contemporáneo de Santiago de Compostela para buscar localizaciones donde rodar un filme dedicado a la arquitectura de Álvaro Siza, autor de su sede. El portugués charló entonces con el director de este museo, Santiago Olmo, sobre las intersecciones entre el arte, la arquitectura y la cinematografía, y aquellas reflexiones compartidas han sido el germen de “Without”, la muestra que hasta febrero podemos ver allí y en la que cobra una importancia radical la idea de lo fronterizo, en el arte en general y en el de Sarmento en particular: son muy numerosos los proyectos de este autor en los que encontramos imágenes de imágenes que se relacionan entre sí pero funcionan, de cara al espectador, de forma autónoma. Suelen ser ambiguas en sus significados y proponen pequeños relatos en los que el artista asume muchas potencialidades del medio cinematográfico, como el manejo de la dualidad entre lo que se expresa y lo que no,  entre lo que al observador puede resultarle cercano y lo que le es extraño. Al margen de la técnica concreta en la que Sarmento desarrolle su trabajo, siempre hay en él una huella de los modos del cine, una mirada audiovisual que se manifiesta igualmente en la captación de atmósferas suspendidas.

Julião Sarmento. "Without" en el CGAC de Santiago de Compostela
Julião Sarmento. “Without” en el CGAC de Santiago de Compostela

Y esa vertiente de su obra es la que analiza “Without”: sin incorporar ningún vídeo ni documentación de los proyectos fílmicos de este autor, la exhibición, comisariada por Olmo y David Barro, indaga en esa presencia de lo audiovisual, tanto en lo formal como en lo temático, en la producción realizada a partir de 2000 por un creador que ha sido fundamentalmente pintor y que también ha llevado a cabo fotografías, performances, instalaciones y esculturas con un evidente sentido escenográfico.

Los comisarios hacen mucho énfasis en que no estamos ante una antología en la que el cine sea una excusa para repasar la obra de Sarmento -que podría perfectamente plantearse-, sino ante una exhibición que, de manera bastante sintética y dejando de lado sus trabajos iniciales, ahonda en lo que las propuestas del portugués tienen de elocuentes y de herméticas a la vez, de densas y de complejas en su austeridad: rasgos compartidos por buena parte del mejor cine. El lisboeta es, además, un viejo conocido del CGAC y se hacía necesario no excluirlo de su 25º aniversario: la primera exposición que aquí se abrió, “Itinere”, vinculada a la experiencia del Camino de Santiago, contaba con un gran tríptico suyo (el que daba título a la muestra) y también con la monumental Laura and Alice; piezas ambas datadas en 1994 y pertenecientes a su serie de pinturas blancas -el blanco como posibilidad-, compuestas por superficies de ese color y ricas texturas en las que destacaban figuras inconclusas o a punto de desvanecerse, de ser del todo borradas.

Desde esa etapa, a mediados de los noventa, no ha dejado Sarmento de ahondar en temas recurrentes sumándoles capas de riqueza -que es lo mismo que decir de extrañeza-, variantes y actualizaciones: reescribe citas, incorpora referencias biográficas y juega con lo fragmentario y lo azaroso, con las asociaciones libres.

A veces la relación de los proyectos expuestos en el CGAC con el cine resulta literal, pero muchas veces no: se trata de obras que recogen un sentir, de deseo y de tiempo suspendido, difícil de experimentar lejos de la gran pantalla y por eso algo inquietante para el espectador, no acostumbrado a caminar en los terrenos intermedios entre lo conocido, lo esperado y lo por llegar. Barro explica que para Sarmento, como para Godard, generar pensamiento es generar peligro, porque de esa idea puede derivar una transformación de lo real. Y esa transformación que procura cierto cine es quizá la que buscan también algunas de sus obras: deconstruye las imágenes, se sirve de los vacíos como fondos nunca neutros y pasivos, y crea escenas (vivas) con su esculturas muertas.

Lo real, en Sarmento, se nos muestra desenfocado, convertido en enigma o en un todo inalcanzable, como en sus pinturas recientes alusivas a constelaciones. Del mismo modo que en el cine (hay quien diría que también en la vida, pero ese es otro asunto), lo que de verdad sucede nos es esquivo, y sin embargo, como espectadores, debemos ejercer ante su trabajo -al menos para cubrir nuestra natural necesidad de averiguar- una posición activa, casi de director de nuestra propia obra, buscando pistas en los títulos o allí donde las encontremos. Incluso aunque nunca haya respuestas,  en un nuevo paralelismo con el medio fílmico, que no deja de ser el arte de la desaparición de las imágenes y del desencuadre, en el que casi todo se nos escapa y nos hipnotiza a la vez. No tienen rostro muchas figuras del artista porque, en sus palabras, si este no está presente, miraremos hacia otro lugar.

Ya dice el autor que, cuando ve una película, no se detiene únicamente en la historia del film, para mí es muy importante el ambiente que el cine me da, que la película me da, y eso es lo que hago en mis cuadros.

Julião Sarmento. "Without" en el CGAC de Santiago de Compostela
Julião Sarmento. “Without” en el CGAC de Santiago de Compostela

 

Julião Sarmento. "Without" en el CGAC de Santiago de Compostela
Julião Sarmento. “Without” en el CGAC de Santiago de Compostela

 

 

Julião Sarmento. “Without”.

CGAC. CENTRO GALLEGO DE ARTE CONTEMPORÁNEO

Rúa Valle Inclán, 2

Santiago de Compostela

Del 9 de noviembre de 2018 al 3 de febrero de 2019

 

 

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