”The Futch”, un futuro en clave de render

La Sala de Arte Joven de la Comunidad de Madrid acoge una muestra sobre el tiempo, el capital y el deseo

Madrid,

Abordar el tema del futuro desde la creación artística no es algo sencillo, lo hemos visto recientemente en ARCO, pero es una inquietud compartida por muchos artistas y algunos comisarios, que se enfrentan al tema desde la complejidad de lo que puede depararnos el mañana. Bajo la premisa de un futuro que nos es más incierto que nunca, pero que también se presenta más abierto a múltiples posibilidades que en otras épocas menos convulsas en lo económico, lo social y lo político, Neme Arranz y Marta Echaves, ganadoras de la novena edición de “Se busca comisario”, inauguran en la Sala de Arte Joven de la Comunidad de Madrid su exposición “The Futch”, un ensayo sobre el tiempo, el capital y el deseo. Se trata de una exposición en la que no falta la ironía, comenzando por su título, tomado de un lapsus línguae sufrido por el famoso rapero Kayne West, desliz del que se defendió como pudo indicando que con el término “futch” se estaba refiriendo al futuro. Anécdotas aparte, Arranz y Echaves, que trabajan juntas por vez primera, coinciden en un planteamiento común sobre la forma en la que el arte puede hablarnos del futuro. Y lo hacen, en realidad, desde la perspectiva de un presente hiperbólico en el que encontramos desde espacios para la relajación, propuestas próximas a las terapias alternativas o lugares, quizás menos amables, donde la relación con el cuerpo sigue siendo importante pero se nos plantea de distintas formas, en ocasiones con una dureza palpable. Cuando seleccionaron a los artistas con los que querían trabajar sabían que no buscaban en ellos la idea de un futuro hipertecnológico, en parte –como nos aclaran– porque tampoco eso responde a las condiciones en las que trabajan la mayoría de los artistas jóvenes en este momento. Tampoco les interesaba ahondar en el binomio utopía-distopía, ni llevarlo hacia el terreno de lo apocalíptico. Lo que sí hay por parte de las comisarias es una deliberada ambigüedad; las obras tienen todas su propia autonomía y no especulan con futuribles, sino que nos presentan una serie de opciones para que seamos nosotros, los espectadores, los que escojamos con qué queremos quedarnos. Y añaden: “Intensamente marcada por la estética del render, que nos fascina y nos incomoda por igual, en la exposición la ironía y la seducción funcionan como estrategias críticas que nos permitan desentrañar la imbricada relación entre capital, deseo, industrias del ocio y del bienestar”.

Render de la exposición. Vista sección: Izquierda abajo: instalación de Fru*Fru y vídeos de Claudia Maté. Izquierda arriba: obras de June Crespo. Derecha: Eva Fábregas.
Render de la exposición “The Futch”. Izquierda abajo: instalación de Fru*Fru y vídeos de Claudia Maté. Izquierda arriba: obras de June Crespo. Derecha: Eva Fábregas

La muestra nos recibe con Como un bloque de mantequilla deshaciéndose, un conjunto de esculturas hinchables de Eva Fábregas, similares a aquellas con las que participó en la sección dedicada al futuro en la pasada edición de ARCO. Sobre las distintas ramificaciones de la pieza encontramos varios pares de auriculares desde los que una voz suave, con un discurso a medio camino entre la relajación y el coaching, nos invita a un viaje que nos va llevando hacia el interior de la propia escultura. En otro de los audios, la voz nos seduce para transformarnos en diferentes estados matéricos no naturales, como el petróleo, una burbuja de jabón o un chicle. De la misma artista son las dos colchonetas sobre las que podemos tumbarnos para ver de forma “más íntima” unos vídeos, que intentan también provocar una reacción en nuestro cuerpo, pudiendo considerarse, de alguna manera, piezas cercanas a lo performativo.

La propuesta que hace Carlos Monleón (de quien también os hemos hablado durante la semana de ARCO por ser uno de los cinco seleccionados del II Premio de Cervezas Alhambra de Arte Emergente) remite al cuerpo pero va más allá, a visualizarnos de otra manera, llevándonos a un terreno donde lo corpóreo importa menos y tienen más fuerza las conexiones del sistema nervioso. A partir de prácticas de integración sensorial o de las teorías propioceptivas, como la del Feldenkrais (un sistema pseudocientífico de educación somática), somos capaces de alcanzar distintos estados de relajación y estas prácticas, cada vez más extendidas, nos ayudan a adaptarnos a las nuevas situaciones, e incluso a relacionarnos de otra forma con los que nos rodean. Los días 5 de abril y 17 de mayo, en el set que forma parte de su instalación, se llevarán a cabo dos sesiones guiadas por la especialista en Feldenkrais Inés López Carrasco.

De la sala tenue, un tanto escenográfica, de Monleón pasamos al “futurismo caliente” del dispositivo montado por Fru*Fru para Tecno Beauty T(r)ips: un salón de belleza del fututo, donde desconectar de la vida hiperproductiva, con saunas portátiles incluidas, en el que se nos invita a olvidarnos de esa idea fría, uniformada del futuro que nos proponía la ciencia ficción, para dar forma a un espacio cálido, en el que los deseos, la libido y el cuerpo toman una posición central. Allí puede visionarse el trabajo en vídeo de Claudia Maté. La creadora, más vinculada a la publicidad que a la práctica artística, presenta personajes y situaciones que podrían ser cotidianos pero que adquieren un matiz grotesco que puede llegar a incomodar un poco.

Mariana Echeverri. Orgy Mathematics. The Futh, Sala de Arte Joven de la Comunidad de Madrid
Mariana Echeverri. Orgy Mathematics

No paséis por alto Kazum, la instalación sonora colocada en la escalera que sirve de acceso a la planta superior de la Sala de Arte joven. Se trata de una obra de Pablo Sanz en la que el artista ha capturado sonidos de supermercados y centros comerciales, para analizar el efecto sugerente que se provoca a través del sonido y de la música. La pieza sirve de gancho a las comisarias para enfatizar esa especie de bucle temporal marcado por el ocio y el consumo masivo que de alguna manera está presente en toda la exposición. Al mismo tiempo, nos cuentan también cómo se están desmontando imágenes como aquella que nos creamos hace años en la que en el futuro nos olvidaríamos de la comida tradicional para nutrirnos a base de pastillas. La realidad, sin embargo, es que vivimos una tendencia de vuelta a lo orgánico, a los pequeños mercados de productores locales y a valorar más que nunca la cuestión alimentaria.

En el piso superior encontramos la instalación de Mariana Echeverri titulada Orgy Mathemathics, a la que todos estamos invitados a entrar. Se trata de un conjunto de elementos un tanto inquietantes; mecanismos relacionados con el deseo y lo erótico.  Enfrente, la propuesta de Mario Santamaría introduce la idea de desplazamiento a partir del viaje que el artista realiza a su propia página web. Siguiendo una serie de IPS rastrea, sitúa y fotografía los puntos desde los que los datos viajan hasta traer a nuestra pantalla el contenido que podemos consultar en su site. Y, finalmente, el trabajo de June Crespo nos devuelve a la idea más tradicional de la practica artística pero desde una perspectiva casi arqueológica de ruina contemporánea, en la que el futuro se convierte en pasado. En sus esculturas, de las que aquí tenemos tres ejemplos: Ser dos, Blanca y Change Album (Queen) hay una identificación con aquella descripción que hacía Levi Strauss del bricoleur en El Pensamiento Salvaje: “El bricoleur habla no solamente con las cosas, sino también por medio de las cosas y las elecciones que hace entre los objetos heteróclitos que constituyen su tesoro”.

Como suele ser habitual, la Sala de Arte Joven cuenta con una programación de actividades paralelas a la exposición, que en esta ocasión incluyen visitas dinamizadas para grupos; encuentros con las comisarias; un recorrido en bus por varios centros de datos a cargo del artista Julián Pacomio, vinculado a la pieza Travel to my server, de Mario Santamaría; la activación de la obra de Monleón a través de las mencionadas sesiones de Feldenkrais; una lectura performativa a cargo de Claudia Pagés o un concierto site-specific del grupo 2019, formado para esta ocasión.

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María Pardo, directora general de Promoción Cultural, con las comisarias y algunos de los artistas participantes de “The Futch”

 

 

“The Futch”

SALA DE ARTE JOVEN DE LA COMUNIDAD DE MADRID

Avenida de América, 13

Madrid

Del 14 de marzo al 20 de mayo de 2018

 

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