El cortafuegos de Esther Pizarro

La artista rastrea en Tabacalera el impacto de los incendios

Madrid,

Quizá algunos recordéis “Liquid mapping :: connected to“, el proyecto que hace dos años Esther Pizarro llevó a su galería madrileña, Ponce + Robles. Entonces planteaba esta artista una representación de la cartografía, invisible y submarina, de los cables que permiten que nos conectemos a Internet a nivel mundial sirviéndose de la base de datos TeleGeography. Aquella muestra nos permitía comprobar cómo esos hilos de conectividad, evidentemente, no han hecho sino crecer a lo largo del tiempo, pero también cómo el flujo de datos que hoy parece ser el riego sanguíneo de nuestra sociedad puede tomar la forma plástica, atractiva, de una escenografía marina y metálica.

El cuerpo, en realidad, también tiene que ver en esto, y Pizarro alude a él igualmente como paisaje, pero en su producción última -y lo veíamos ya en aquella exhibición de 2016- ha indagado fundamentalmente en la dualidad entre la ciudad y la naturaleza y en la representación de la complejidad de sus relaciones y de su funcionamiento, siempre desde la conciencia de que la plasmación visual de cualquier aspecto de lo real puede ser determinante en su comprensión.

Como en sus trabajos anteriores, en los que ha diseñado mapas de actividad humana, cartografías del conocimiento y topografías de la imaginación, en “[MAFD] :: Mapping Active Fire Data”, que desde mañana presenta en Tabacalera, ha seleccionado y clasificado datos, sistematizándolos en imágenes vinculadas entre sí y plasmadas en textos, impresiones fotográficas, topografías e incluso elementos escultóricos, porque las disposiciones espaciales que genera esa información recopilada por Pizarro ganan progresivamente en sofisticación.

El punto de partida de esta propuesta fue una extensa investigación sobre el alcance de los incendios, solo los provocados por la mano del hombre directamente o a través de actividades ganaderas y agrícolas (que son la mayoría). Ha examinado sus consecuencias, más allá de las visibles para los habitantes de tierras quemadas, comprobando cómo las emisiones de gases de efecto invernadero han aumentado en el planeta los episodios de calor extremo y cómo, a su vez, ese incremento de las temperaturas (y de la virulencia de las sequías) ha elevado las cifras de extensión de los incendios forestales, en una espiral de violencia ambiental. Con esas claves ha llevado a cabo Pizarro un pixel mapping en el que nos presenta información térmica del planeta: los puntos de la superficie ardiendo los ha trasladado a una cartografía que se actualiza en tiempo real; así sabemos que el África tropical convive con los incendios de manera tan cruda y constante como silenciosa en nuestros medios de información.

El escenario parece muy oscuro -en realidad, lo es- pero la madrileña pretende afrontarlo desde un enfoque positivo y útil de cara a nuestras actuaciones futuras: situándonos ante este panorama busca despertar conciencias e invitar al espectador a hacerse responsable de sus actos en la naturaleza. Ello no implica necesariamente regresar a modos de vida previos a las nuevas tecnologías; de hecho, la artista entiende que estas son un instrumento fundamental para conocer mejor nuestra biosfera: el big data le sirve para construir enfoques críticos sobre el estado del medio ambiente y para aprender cómo la cooperación entre disciplinas puede mejorarlo.

Esther Pizarro. [MAFD] :: Graphic Atril (2008-2017) © Esther Pizarro. VE GAP | Fotografí a © Markus Schroll
Esther Pizarro. [MAFD] :: Graphic Atril, 2008-2017. © Esther Pizarro. VEGAP. Fotografía © Markus Schroll

Mapas, cartografías, datos informáticos… sugieren presentaciones frías. No es así, en la producción de Pizarro la estadística convive con la estética, la realidad virtual con la perfectamente tangible y los datos, obtenidos de la red pero palpables en el paisaje, se convierten en objetos fruto de la experimentación y a su vez manipulables. La muestra de Tabacalera consta de una quincena de módulos de madera soportando desde varillas transparentes de vidrio de borosilicato que, en su altura y su color, señalan la extensión y la intensidad de los incendios, a elementos de metacrilato cortados con láser que componen bosques de datos y atriles con pantalla táctil que los visitantes podrán utilizar para consultar las consecuencias de los fuegos habidos en la última década: número, superficie afectada y emisiones de dioxido de carbono.

Mientras contemplamos las piezas escuchamos crepitar las llamas: nos recuerdan, también por el cauce sonoro, que cuando dormimos y despertamos sigue habiendo un mundo incendiado.

Esther Pizarro. [MAFD] :: Planisphere © Esther Pizarro. VEGAP | Fotografí a ©Markus Schroll
Esther Pizarro. [MAFD] :: Planisphere © Esther Pizarro. VEGAP. Fotografía © Markus Schroll

Esas obras se articulan en tres secciones: en la primera, [MAFD]::Burning, una cámara de captura mapea nuestro cuerpo y lo proyecta como cartografía lumínica en el suelo, convirtiéndonos en sujetos performativos; la segunda consta de dos trabajos, [MAFD] :: Planisphere y [MAFD] :: Graphic Atril, cuerpo central de esta exposición, que toman forma de instalación escultórica acompañada de luz y sonido y cobran a su vez carácter escenográfico, y en la última, bajo el título de [MAFD] : : MOD14A1_M_FIRE, encontraremos una decena de cartografías diagramáticas que presentan paisajes, pinturas geométricas elaboradas a partir de los focos de los incendios. Culmina esos apartados otro destinado a la exposición del material de archivo e investigación empleado por Pizarro, metódicamente agrupado, prácticamente generando una instalación más.

La atención al asunto de los incendios forestales no es nueva entre los artistas contemporáneos: Nicolás García Uriburu hizo de la repoblación un acto más que simbólico, Agnes Denes ideó en Finlandia un bosque de 11.000 árboles plantados por otras tantas personas -el primero virgen creado por humanos- y Cecylia Malik desarrolló sobre troncos acciones cotidianas para protestar contra una ley polaca que favorecía la tala. Desde medios muy distintos, partiendo de la codificación y la recodificación, Pizarro comulga con esa línea, pero haciendo converger creación y ciencia. Porque la respuesta al reto del fuego no será solo científica y técnica, también habrá de ser cultural.

Esther Pizarro. [MAFD] :: Planisphere © Esther Pizarro. VEGAP | Fotografía ©Markus Schrol
Esther Pizarro. [MAFD] :: Planisphere © Esther Pizarro. VEGAP. Fotografía ©Markus Schroll

 

Esther Pizarro. “[MAFD] :: Mapping Active Fire Data”

TABACALERA. PROMOCIÓN DEL ARTE

c/ Embajadores, 51

Madrid

Del 23 de noviembre de 2018 al 27 de enero de 2019

 

 

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