Achille Castiglioni, ironía en las formas

Patricia Urquiola comisaría una retrospectiva suya en la Triennale de Milán

Milán,

Este año se conmemora el centenario del nacimiento de Achille Castiglioni, maestro del diseño italiano y arquitecto a quien, de hecho, muchos consideran padre de la profesión de diseñador tal y como hoy la entendemos. Para celebrar la fecha, Patricia Urquiola, quien dio sus primeros pasos junto a Castiglioni, su profesor y director de tesis en la Universidad Politécnica de Milán, comisaría una antología suya en colaboración con Federica Sala en la Triennale milanesa; una retrospectiva que también ha contado con la generosidad de la Fundación que lleva el nombre del artista, una institución con sede en la Piazza Castello encargada de catalogar, clasificar y digitalizar el mundo del diseñador al completo: proyectos, dibujos, fotos, modelos y vídeos.

Achille Castiglione en su estudio, 1995. Fotografía: G. Widmer.
Achille Castiglione en su estudio, 1995. Fotografía: G. Widmer.

La trayectoria del italiano se prolongó durante unos sesenta años: primero trabajó junto a sus hermanos Livio y Pier Giacomo, con quienes creó una pequeña empresa de arquitectura en Milán, y de forma independiente a partir de 1968. Tanto sus muebles como sus edificios nacen de enfoques y modos de trabajar directos y simples, aunque no exentos de ironía, y precisamente el humor fue su herramienta prodigiosa a la hora de acercarse a jóvenes arquitectos y diseñadores y ejercer influencia sobre ellos.

Sea o no por aquella voluntad de Castiglioni de aproximarse a la juventud, la mayoría de sus productos continúan fabricándose, y algunos se encuentran entre las listas de los más vendidos de las firmas fabricantes. La esfera cotidiana era su gran fuente de inspiración, y trabajó duro para incorporar novedad a ella, adoptando miradas subversivas a las relaciones posibles entre forma y función.

No solo diseñó edificios y mobiliario, también arquitecturas efímeras como las de las exposiciones temporales: se encargó de hasta cuatrocientas. Y prestó sus servicios a las empresas más importantes del sector en su país, de Zanotta a Kartell o Alessi pasando por Brionvega, B&B Italia, BBB Bonacina, Cimbali, Danese, Driade, De Padova, Flos, Moroso o Knoll International.

Si en sus inicios junto a sus hermanos experimentó con materiales y técnicas industriales, como las fibras de plástico polimérico pulverizado, luego empleadas por el ejército americano, más tarde avanzó hacia procesos de trabajo integrales en los que el atractivo visual se conjugaba con la innovación en los procesos.

Aquella resina empleada sobre estructura de acero fue la base de la emblemática lámpara Viscontea, que los Castiglioni crearon en 1960 para Flos, pero también utilizaron sencillos objetos encontrados -inspirándose en Duchamp– que son el germen de los asientos Mezzadro y Sella, para Zanotta, y las lámparas Arco Floor y Toio Floor, para Flos.

Las obras de Castiglioni (y hermanos) forman parte de algunos de los museos más importantes del mundo, incluido el MoMA, que le concedió nueve premios Compasso d’Oro en su trayectoria, el último en 1989 por el cultivo del diseño como uno de los más altos valores de la cultura. Creía a pies juntillas en la durabilidad y funcionalidad de los objetos.

 

“A Castiglioni”

LA TRIENNALE DI MILANO

Viale Alemagna, 6

Milán

Del 6 de octubre de 2018 al 20 de enero de 2019

 

 

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